Petrodólares, al ataque: la familia real saudí va por Telefónica
La operadora árabe STC ofrece 2.100 millones de euros por el 9,9 por ciento de la empresa española. El Gobierno deberá aprobar la operación por tratarse de una compañía estratégica protegida por la ley antiopa. Las claves para entender la operación.
Como ayer fueron los dólares chinos, hoy es el dinero árabe el que salió al mundo para comprarlo. De eso puede dar fe José María Álvarez-Pallete, presidente y director ejecutivo de Telefónica, cuando estando en Silicon Valley en un viaje programado para atraer inversiones de empresas y financiación de capitalistas con fichas en el sector tecnológico, recibió por sorpresa una llamada que podría cambiar la historia de la principal operadora de telecomunicaciones de España.
24 horas más tarde, de ese martes 6 de septiembre, el ejecutivo español bajó del avión que lo trasladó a Riad. De la pista del aeropuerto a las oficinas centrales de Saudi Telecom Company (STC).
Quizás ni llegó a beber el primer sorbo de café o del té marroquí, al que son tan afectos los árabes, cuando se llevó la gran sorpresa: STC, controlada por el Gobierno de Riad a través del fondo soberano Public Investment Fund (PiF), y dueño del 64 por ciento de la operadora, le comunicó la decisión de adquirir el 9,9 por ciento del paquete accionarial de Telefónica por 2.100 millones de euros. Movimiento que convertiría a la familia real saudí en el primer accionista de una de las empresas más emblemáticas de España y Europa.
La vulnerabilidad de Telefónica
Esta operación, considerada "amistosa "por Álvarez-Pallete, como ratificó en el consejo de administración realizado el martes de la semana pasada, está a la espera de la autorización del Gobierno español que tiene la última palabra en virtud de la ley antiopas que protege a las compañías españolas estratégicas (Telefónica es proveedora del Ministerio de Defensa).
Pero, ¿cuáles fueron las condiciones que hicieron viajar los petrodólares de Riad a Madrid? Varias, y de distinta índole. Por una parte, la diferencia de tamaño entre ambas telecos: el valor de mercado de STC más que duplica el de la operadora española, a pesar de ser la tercera mayor compañía telefónica europea.
Otra razón, y posiblemente la más determinante, por la debilidad de Telefónica en Bolsa, marcada por su alto endeudamiento. Hay más: la falta de regulación única europea para el sector que, en el caso de Telefónica, la hace aún más vulnerable frente a un gigante extracomunitario que además saca provecho de un euro devaluado.
Lo cierto es que la operación financiada por la riqueza del subsuelo saudí puso a Telefónica frente a su propio espejo. A lo largo de los años, sobre todo a partir de la década de los '90, pudimos ver cómo Telefónica se engullía con relativa facilidad presas que apenas podían oponerle alguna resistencia. Sin embargo, desde 2018 la teleco se dejó en el parqué más del 40 por ciento de su valor bursátil. Sólo basta recordar que en el 2000 sus títulos cotizaban a 19,5 euros, mientras hoy son comercializados a unos cuatro euros.
La agencia Reuters cuenta que, mientras los rivales de Telefónica reducían los precios para atraer usuarios de Internet, la empresa española solicitó préstamos para invertir en nuevas redes móviles y de Internet. "Para exacerbar los problemas, Telefónica se expandió en América Latina, donde la debilidad de las monedas locales, una regulación más estricta y la competencia minaron sus ganancias en la última década", argumenta en su informe publicado en ocasión de la oferta de SCT.
Con todo, probablemente sería un error centrar el interés de STC por Telefónica en sus debilidades. La periodista de Reuters Hadeel al Sayegh, que sigue la actividad económica en el Golfo Pérsico, afirma que STC espera que los lazos con Telefónica le ayuden a desarrollar ciudades digitales en Arabia Saudí, además de importantes conocimientos tecnológicos.
Lo dicho por Hadeel al Sayegh cierra con el plan estratégico presentado en 2016 por el príncipe Mohamed Bin Salmán, denominado "Visión Saudí 2030" cuyo objetivo es implementar un proyecto de modernización apoyándose en la tecnología que permita diversificar la economía del país. Al tiempo que adquiere experiencia para modernizar la infraestructura de las telecomunicaciones saudí.
Europa, el nuevo paraíso para el capital extracomunitario
No se entiende la vulnerabilidad de Telefónica sin las normativas, usos y costumbres que imperan en la Unión Europea. Veamos.
Los analistas europeos del sector de las Telecomunicaciones como el de la Energía, coinciden en señalar que la debilidad que muestran las empresas se debe a la ausencia de una regulación única en sus respectivos negocios. Hecho que imposibilitó el nacimiento de "campeones europeos" por las restricciones impuestas a estas uniones, provocando la escasez de fusiones transeuropeas.
Los expertos defienden la idea de que, si hubiese solo tres o cuatro grandes empresas operando a escala comunitaria, al inversor extracomunitario no le sería tan sencillo hacerse con una empresa europea: Demasiados ceros para un cheque.
"Sólo podemos esperar que esto (la futura entrada de SCT en el accionariado de Telefónica) finalmente haga que las autoridades europeas se den cuenta de que se necesita, desesperadamente, un cambio regulatorio para impulsar los rendimientos financieros de las empresas y crear así campeones europeos sanos", publicaron Akhil Dattani y Alexey Philippov, analistas del JP Morgan, tras conocerse el interés de la operadora saudí por su par española.
Es verdad que las comparaciones son odiosas, pero no por ello menos ilustrativas. Mientras en Estados Unidos cuatro operadores dominan el mercado de las telecomunicaciones, en Europa existen tres o cuatro compañías por país.
La explicación en el caso europeo hay que buscarla en la lucha de intereses entre las empresas y los consumidores. Una mayor concentración favorece la creación de grandes jugadores, pero también una menor competencia que termina reflejándose en los precios de los servicios que termina pagando el consumidor. Por el momento, el pulso lo están ganando los responsables de la defensa de los mercados internos.
De ahí la resistencia de la Comisión de aprobar la fusión de Orange y MásMovil en España. El gran escollo que ven los defensores de los "campeones europeos" tiene nombre y apellido. Se trata de la máxima responsable de Competencia de la Unión Europea, la danesa Margrethe Vestager, quién se opone férreamente a reducir la competencia interna por la vía de la concentración para garantizar los intereses de los consumidores.
Quienes priorizan un mercado concentrado en pocas manos, ruegan a quien sea que la candidatura de Vestager para ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) sea la ganadora. En caso de producirse la mudanza de despacho de la danesa, los movimientos para colocar al frente de Competencia a una funcionaria más permeable a las fusiones intraeuropeas ganarán en intensidad.
Para Goldman Sachs, Europa necesita fomentar los procesos de fusiones e incentivar así la inversión con el objetivo de reactivar la telefonía móvil 5G. De acuerdo al banco, podría subsidiar el proceso o permitir la consolidación para dar a los operadores la posibilidad de obtener mayores rendimientos que justifique las inversiones necesarias.
Cómo sigue la historia
Las consecuencias de la bomba que explotó en Riad, con el anuncio de controlar el 9,9 por ciento del paquete accionarial de Telefónica por STC, no se conocerán hasta que el Gobierno se pronuncie sobre si da o no luz verde a la operación. De momento, STC no ha trasladado ninguna notificación oficial al Ejecutivo.
Si bien los árabes avisaron que no intervendrán en el manejo de la compañía, habrá que ver qué posición toman, si es que lo hacen, en relación a la competencia de compañías como Digi, que están llevando a la baja los precios rebanándole mercado a las grandes telefónicas.
Quienes sí tomaron posición son los analistas bursátiles. Para Renta 4 la noticia es "positiva" ya que "muestra la confianza de Saudí Telecom en el modelo de negocio y exposición geográfica de Telefónica". Considera que esta entrada "podría marcar un suelo en la cotización de Telefónica en el corto plazo, a pesar de que Saudí Telecom confirmó que no tiene intención de adquirir el control de Telefónica, ni podría, mientras siga existiendo el escudo antiopas en España".
También para Bankinter la noticia es positiva. Y lo argumenta con tres razones:
- Refuerza el objetivo de Telefónica de contar con una base de accionistas estables de largo plazo;
- STC confirma al actual equipo gestor y particularmente a Álvarez-Pallete, por lo que no debería cambiar la línea de gestión;
- En base con la información disponible, el coste de adquisición fue de 3,6887 euros/acción., el cual representará un suelo informal para la cotización a partir del anuncio.
Optimismo se respira en el consenso de Reuters que recomienda mantener los títulos de Telefónica. En concreto, dice la agencia, de los 27 expertos que cubren el valor, 10 aconsejan comprar; 14, mantener, y 3, vender. Al mismo tiempo, el precio objetivo es de 4,13 euros, un 6,86% superior al actual.
Ahora sólo queda por ver qué opina el Ejecutivo español. Aunque nadie baraja la posibilidad de un veto. A lo sumo algunas recomendaciones preventivas. Cuestión de maquillaje.