Las peores marcas de aceite de oliva virgen extra del supermercado, según la OCU: algunas las compras a diario
La OCU ha revelado resultados sorprendentes y, en algunos casos, preocupantes sobre uno de los productos más consumidos en el país.
El aceite de oliva virgen extra es un emblema de la dieta mediterránea, reconocido por su sabor, pureza y propiedades nutricionales. Sin embargo, no todas las marcas que encontramos en el supermercado cumplen con los estándares de calidad que deberían garantizarse en un producto de esta categoría.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) fue fundada en 1975 y es una organización sin ánimo de lucro que trabaja para proteger los derechos de los consumidores en España. En ese sentido, ha llevado a cabo un exhaustivo análisis de 39 aceites de oliva disponibles en el país, revelando resultados sorprendentes y, en algunos casos, preocupantes.
En un contexto donde el precio del aceite ha alcanzado cifras históricas y a pesar de la eliminación del IVA para hacerlo más accesible, muchos consumidores se enfrentan al desafío de discernir entre opciones de calidad variable sin poner en jaque sus bolsillos.
El análisis de la OCU no solo examina el precio, sino también aspectos esenciales como el sabor, la autenticidad y el etiquetado. El estudio revela que marcas populares y marcas blancas presentan deficiencias significativas que las hacen indignas de la etiqueta "virgen extra".
Los aceites peor valorados según la OCU
Olisone (Lidl)
Esta marca de aceite de oliva virgen extra, comercializada por Lidl, ocupa el último lugar en la lista con una calificación de 32 sobre 100. Los principales problemas detectados incluyen:
- Etiquetado incorrecto que podría inducir a error al consumidor.
- Fallos en el análisis sensorial, con deficiencias en sabor y aroma.
- Problemas de conservación que afectan la frescura del producto.
A pesar de su precio competitivo, cercano a los 3,89 euros, la calidad de Olisone no cumple con los estándares de un virgen extra auténtico. Incluso otra presentación de esta misma marca repite en el ranking con problemas similares, lo que cuestiona el control de calidad de la cadena de supermercados.
La Española
Reconocida como una de las marcas más tradicionales de España, La Española sorprendió al aparecer en esta lista. Su aceite de oliva virgen extra, con un precio promedio de 4,96 euros, no alcanzó las expectativas en parámetros clave como:
- Análisis sensorial que refleja falta de sabor y aroma característicos.
- Deficiencias en la autenticidad del producto.
Aunque su reputación podría llevar a pensar que es una opción segura, los resultados del análisis demuestran lo contrario.
Guillén
Otra marca que no superó las pruebas fue Guillén. Entre las fallas detectadas se encuentran:
- Problemas en la conservación, afectando la frescura del aceite.
- Etiquetado que no cumple con los estándares de transparencia.
Si bien obtuvo buenos resultados en el control de acidez, su mala puntuación en otros aspectos clave lo posiciona como una de las peores opciones para los consumidores.
¿Qué analiza la OCU en los aceites de oliva?
La Organización de Consumidores y Usuarios aplica un riguroso procedimiento para evaluar los productos etiquetados como aceite de oliva virgen extra. Entre los aspectos más destacados de su análisis se encuentran:
- Sabor y aroma: factores esenciales en la calidad de un aceite virgen extra, ya que determinan su capacidad para enriquecer platos y cumplir con las expectativas organolépticas.
- Pureza y autenticidad: la OCU verifica que el aceite no contenga mezclas con productos de menor calidad, lo cual es crucial para garantizar su autenticidad.
- Conservación y frescura: un correcto almacenamiento y una fecha de envasado reciente son determinantes para asegurar la calidad del producto.
- Etiquetado: la transparencia en la información ofrecida al consumidor es un punto clave en su evaluación.