La niña momia escondida que apareció en medio de la Cordillera de los Andes: está perfectamente conservada
Un hallazgo arqueológico sin precedentes en las alturas de los Andes mantiene viva la historia incaica cinco siglos después.
En 1999, a más de 6000 metros de altitud en el volcán Llullaillaco, un equipo de arqueólogos argentinos descubrió una niña momia inca perfectamente conservada. Este hallazgo en la Cordillera de los Andes resultó ser uno de los mejor preservados de la historia, gracias a las condiciones extremas del lugar. La niña, que tenía aproximadamente 15 años, fue sacrificada hace 500 años como parte de un ritual religioso conocido como capacocha.
El ritual y su significado
El ritual de la capacocha era una práctica inca donde se sacrificaban niños para honrar a los dioses, con el fin de asegurar la prosperidad de su pueblo. Estos sacrificios se realizaban en lugares elevados, como montañas o volcanes, donde los incas creían que residían los dioses. En este caso, la niña, junto con otros dos niños, fue parte de este rito destinado a apaciguar a las deidades y proteger el imperio incaico.
Estado de conservación impresionante
Lo que más asombró a los científicos fue el estado de conservación del cuerpo. Las bajas temperaturas y la presión atmosférica lograron momificar a la niña de manera natural, preservando su piel, cabello y hasta las fibras de sus vestimentas. Esto permitió a los arqueólogos y científicos estudiar no solo el cuerpo, sino también detalles de su vida y su cultura.
A través de análisis genéticos y toxicológicos, se pudo determinar que había sido alimentada con una dieta rica en proteínas y que había consumido alcohol y coca antes de su muerte, probablemente para soportar el dolor o el miedo del sacrificio.
Implicaciones culturales y científicas
Este descubrimiento ha proporcionado información valiosa sobre la sociedad incaica y sus costumbres. El hecho de que los incas llevaran a cabo rituales tan complejos en las alturas de los Andes demuestra su gran destreza física y tecnológica.
Además, ha reabierto debates sobre el significado de la muerte ritual en diferentes culturas y cómo se debe tratar este tipo de restos arqueológicos. La niña y los otros dos niños encontrados han sido estudiados en laboratorios, pero también han sido exhibidos en museos, lo que ha generado polémica sobre el respeto a estos cuerpos.
El hallazgo de la niña del Llullaillaco sigue siendo un referente en la arqueología moderna, y su descubrimiento ha abierto nuevas puertas en el entendimiento de la cultura incaica y su relación con las montañas sagradas.