La infusión probiótica rica en magnesio que fortalece las articulaciones y refuerza el sistema inmunológico
Este probiótico natural, fácil de hacer en casa, ofrece una serie de beneficios que no solo contribuyen a la salud digestiva, sino que también aportan nutrientes esenciales como el magnesio, el calcio y las vitaminas del grupo B.
A medida que envejecemos, el cuidado de nuestra salud se vuelve aún más crucial. A partir de los 50, el cuerpo comienza a experimentar cambios que requieren mayor atención, especialmente en cuanto a la alimentación y la digestión.
En este contexto, el kéfir se presenta como una excelente opción para mejorar el bienestar. Este probiótico natural, fácil de hacer en casa, ofrece una serie de beneficios que no solo contribuyen a la salud digestiva, sino que también aportan nutrientes esenciales como el magnesio, el calcio y las vitaminas del grupo B.
¿Qué es el kéfir y cómo beneficia la salud?
El kéfir es una bebida fermentada que se obtiene al combinar leche (o agua azucarada, en el caso de la versión vegana) con un conjunto de bacterias y levaduras beneficiosas, conocidas como nódulos de kéfir. Esta mezcla descompone los azúcares naturales de la leche, creando una bebida ligeramente ácida y efervescente. Aunque similar al yogur, el kéfir tiene un perfil nutricional aún más completo.
El kéfir es particularmente conocido por su alto contenido de probióticos, microorganismos vivos que ayudan a equilibrar la microbiota intestinal. Estos probióticos favorecen la digestión, previenen problemas como el estreñimiento o la diarrea, y reducen la hinchazón abdominal. Consumir kéfir regularmente puede mejorar la absorción de nutrientes y fortalecer el sistema inmunológico, al estimular la producción de vitaminas esenciales como las del grupo B y la vitamina K.
Los beneficios de consumir kéfir y su alto contenido en magnesio
Uno de los mayores beneficios del kéfir es su contenido de magnesio, un mineral fundamental para el funcionamiento adecuado del cuerpo. El magnesio participa en más de 300 reacciones bioquímicas, ayudando a regular la función muscular y nerviosa, los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial. Además, el magnesio es crucial para la síntesis de proteínas.
A medida que envejecemos, muchas personas no consumen suficiente magnesio, lo que puede provocar síntomas como fatiga, calambres musculares e incluso ansiedad. Incorporar kéfir en la dieta es una manera sencilla y deliciosa de aumentar la ingesta de magnesio de forma natural.
Además del magnesio, el kéfir es rico en calcio, un mineral vital para la salud ósea, y contiene fósforo, que ayuda a mantener los huesos y dientes fuertes. También es una fuente de vitaminas del grupo B, como la B12, que es importante para el buen funcionamiento del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos. El kéfir también aporta triptófano, un aminoácido que favorece la producción de serotonina, la hormona que regula el estado de ánimo y el sueño.
¿Cómo hacer kéfir en casa?
Preparar kéfir en casa es un proceso sencillo que no requiere de grandes habilidades culinarias. Para hacerlo, solo necesitas los nódulos de kéfir, leche (o agua azucarada para la versión vegana) y un recipiente de vidrio limpio. Los nódulos de kéfir se pueden comprar en tiendas especializadas o pedir a alguien que ya tenga.
El proceso para hacer kéfir es el siguiente:
- Coloca los nódulos de kéfir en un frasco de vidrio limpio.
- Añade la leche o el agua azucarada, utilizando una proporción de 1 cucharada de nódulos por cada 250 ml de líquido.
- Cubre el frasco con un paño o una tapa suelta y deja fermentar a temperatura ambiente durante 24 a 48 horas. Cuanto más tiempo se deje fermentar, más ácido será el resultado.
- Una vez fermentado, cuela los nódulos y guarda el líquido en la nevera.
El kéfir casero no solo es fácil de preparar, sino que también es una excelente manera de incorporar probióticos, magnesio, calcio y otros nutrientes esenciales a tu dieta diaria. Puedes consumirlo solo o agregarle frutas, miel o cereales para darle un toque más sabroso.