Hallazgo asombroso en Alemania: este instrumento prehistórico sigue sonando 42.000 años después y los arqueólogos no dan crédito
Este hallazgo fascinante desafía el paso del tiempo. Descubre todos sus detalles.
En la cueva de Geißenklösterle, situada en la región alemana de Suabia, arqueólogos han descubierto una flauta que supera los 42.000 años de antigüedad y que, sorprendentemente, sigue sonando. El hallazgo de este instrumento confirmó que es uno de los objetos musicales más antiguos de Europa.
La flauta, hecha de hueso, fue encontrada entre restos óseos de aves y colmillos de mamut, elementos que conforman un escenario arqueológico rico en historia y simbolismo.
Hallazgo arqueológico en Alemania: la flauta que desafía al tiempo
El equipo multidisciplinar de la Universidad de Tübingen, en colaboración con la Universidad de Oxford, ha liderado esta investigación que fue publicada en la prestigiosa revista Journal of Human Evolution.
Más allá de su antigüedad, lo que realmente asombra a los científicos es el estado de conservación del instrumento. A pesar de los climas extremos y la coexistencia con neandertales, esta flauta sigue siendo capaz de emitir notas musicales.
La cueva de Geißenklösterle forma parte del complejo cultural denominado "Kulturpumpe", un lugar que ha revelado evidencias claras de una innovación simbólica sin precedentes. Además de la flauta, en la cueva se ha hallado:
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Esculturas talladas en marfil
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Ornamentos personales
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Figuras zoomorfas elaboradas con gran detalle
Estos hallazgos reflejan que sus habitantes eran artistas y posiblemente los primeros músicos con un papel ritual en la comunidad.
Qué dicen los estudios sobre la música
Según estudios recientes en antropología evolutiva, la música pudo preceder al lenguaje hablado como medio de comunicación emocional. La flauta de Geißenklösterle respalda esta teoría, siendo una prueba de cómo las melodías servían para transmitir sentimientos, fortalecer vínculos sociales o acompañar ceremonias.
Este instrumento invita a imaginar un pasado donde la creatividad y la expresión simbólica eran herramientas esenciales para la supervivencia humana, más allá de las necesidades básicas.