Descubrimiento sin precedentes: más de 2000 años después, se comprobó científicamente un relato de la Biblia
En la Biblioteca del Vaticano, se descubrió un capítulo oculto de la Biblia que data de hace más de 1500 años, específicamente un fragmento de los Evangelios.
Un sorprendente hallazgo realizado por un grupo de científicos de la Academia de Ciencias de Austria podría alterar nuestra comprensión de los primeros días del cristianismo. En la Biblioteca del Vaticano, se descubrió un capítulo oculto de la Biblia que data de hace más de 1500 años, específicamente un fragmento de los Evangelios, que podría arrojar nueva luz sobre la evolución del texto sagrado y las primeras traducciones de las escrituras cristianas.
Este descubrimiento, relacionado con un pasaje del Evangelio de Mateo, fue realizado a partir de una traducción original en siríaco, una lengua antigua de Oriente Medio que fue crucial en las primeras fases de difusión del cristianismo. Según los expertos, este capítulo oculto podría aportar detalles clave sobre las primeras narraciones de la vida de Jesús y sobre cómo los textos bíblicos evolucionaron a lo largo del tiempo.
¿Qué significa el capítulo que encontraron?
El pasaje bíblico oculto se encontraba cubierto por dos capas de texto y fue revelado gracias al uso de luz ultravioleta, una técnica que permitió a los investigadores observar la escritura original. El fragmento pertenece a los capítulos 11 y 12 del Evangelio de Mateo y proporciona una visión de las primeras traducciones del Nuevo Testamento, en un manuscrito que data aproximadamente del siglo III.
Los especialistas descubrieron que el texto había sido reutilizado en el pasado debido a la escasez de pergamino, una práctica común en esa época. El manuscrito fue raspado para poder escribir sobre él nuevas historias e himnos cristianos, lo que indica que el material era valioso y muy utilizado en ese tiempo. Este hallazgo no solo tiene implicaciones sobre el contenido de los Evangelios, sino que también ofrece un vistazo a las primeras etapas de la formación del texto bíblico tal como lo conocemos hoy.
Relevancia del hallazgo
El profesor Garrick Allen, titular de estudios del Nuevo Testamento en la Universidad de Glasgow, señaló que el descubrimiento es significativo, aunque no revolucionario por sí mismo, ya que los fragmentos descubiertos son solo partes del Evangelio de Mateo. Sin embargo, este hallazgo proporciona valiosa información sobre las primeras tradiciones de la Biblia y las comunidades cristianas que produjeron estas traducciones.
El autor y locutor de radio cristiana Justin Brierley también se mostró impresionado por el descubrimiento, calificándolo de "fascinante". En su opinión, este tipo de hallazgos confirma lo rica y compleja que ha sido la tradición manuscrita de los Evangelios a lo largo de los siglos, y resalta las diferencias entre las versiones originales de los textos y las traducciones posteriores.
Impacto en la historia de la Iglesia Católica
Este descubrimiento podría tener un impacto profundo en la historia de la Iglesia Católica, ya que aporta evidencia de cómo las primeras traducciones de los textos sagrados pudieron haber sido interpretadas y transmitidas en las comunidades cristianas primitivas. Además, podría ofrecer nuevas perspectivas sobre el proceso de canonización de los Evangelios y cómo las primeras versiones de la Biblia llegaron a ser aceptadas como sagradas.
Si bien los detalles completos de la traducción aún no han sido revelados, el fragmento encontrado podría cambiar nuestra visión sobre el desarrollo temprano de los textos bíblicos y sobre las diferencias entre los primeros manuscritos y las versiones posteriores que conocemos hoy en día.
¿Cuál es la técnica que se utilizó para el descubrimiento?
La clave para descubrir este texto oculto fue el uso de luz ultravioleta, que permitió a los investigadores identificar la escritura original bajo las capas de texto más recientes. Esta técnica es crucial en la crítica textual, una rama de la ciencia que estudia cómo los textos han cambiado con el tiempo, y ayuda a los historiadores a reconstruir las versiones más antiguas de los escritos sagrados.
Los autores del estudio también han revelado que el manuscrito original fue borrado en Palestina durante el siglo III debido a la escasez de material para escribir, lo que permite a los científicos entender cómo los textos cristianos primitivos fueron preservados y modificados a lo largo del tiempo.