El té que tiene más calcio que la leche y más vitamina C que la naranja: protege los huesos y reduce la ansiedad
Existe un té de origen japonés que ofrece muchos beneficios para la salud. Incluso se destaca por tener 13 veces más calcio que un vaso de leche. ¿Cuál es?
En Japón, hay un té que ha ido ganando popularidad en los últimos años debido a sus múltiples beneficios para la salud. Entre tantas variedades disponibles en el mercado, esta infusión se destaca por aportar más calcio que la leche.
Se trata del té de kukicha japonés. Esta bebida se elabora a partir de las ramitas y tallos de la planta de té de Camellia Sinensi, no de las hojas, y se prepara de forma similar a otros tés verdes.
¿Cuánto calcio tiene el té de kukicha japonés, según estudios especializados?
Una taza de esta bebida tiene hasta 13 veces más calcio que un vaso de leche. Según un estudio del Departamento de Nutrición y Bromatología (Nutrición) de la Universidad Complutense de Madrid, el té de kukicha japonés tiene 440 mg de calcio por cada 100 gramos, mientras que la leche solo tiene 125 gramos cada 100 g.
Además, cabe destacar que esa cantidad de miligramos de calcio hace referencia a la cantidad que poseen las hojas secas y tallos y no a lo que efectivamente se disuelve en el agua. De todas formas, la cantidad de este nutriente sigue siendo muy grande y los expertos recomiendan su consumo dado que aporta muchos beneficios para mantener la salud ósea en nuestro cuerpo.
Beneficios de consumir té de kukicha japonés
- Vitamina C: además del calcio, también aporta este nutriente que fortalece el sistema inmunológico, lo que ayuda a la cicatrización y la absorción de hierro.
- Reduce la ansiedad y la depresión: posee vitaminas del complejo B, vitamina E, zinc y otros nutrientes.
- Digestión y diurético: ayuda contra el estreñimiento y la retención de líquidos.
Cómo preparar una taza de té de kukicha
Para aprovechar todos sus beneficios, se recomienda medir cinco gramos del té y colocarlo en una tetera. Luego, se deben verter 150 mililitros de agua entre 160 y 170 grados centígrados y dejar reposar durante un minuto.
Una vez consumida la primera taza, las mismas ramas pueden ser reutilizadas dos o tres veces más, lo que permite prolongar tanto el sabor como las propiedades nutricionales de esta bebida milenaria.