El refugio del amigo argentino de Elon Musk para sobrevivir si estalla una Tercera Guerra Mundial
Un enclave remoto en la cordillera de los Andes se perfila como el refugio ideal ante posibles conflictos globales.
En un mundo marcado por tensiones geopolíticas, crisis climáticas y amenazas nucleares, cada vez más personas -especialmente entre las élites tecnológicas y financieras- buscan alternativas para protegerse en caso de un evento catastrófico.
La idea de contar con un lugar seguro, alejado de los centros de poder y autosuficiente, ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en una opción real y planificada. Así surge el Santuario Wamani, un ambicioso proyecto desarrollado en la provincia argentina de Mendoza por el empresario Martín Varsavsky.
El objetivo de este ambicioso proyecto es construir un refugio de gran escala y con condiciones óptimas para sobrevivir ante una posible Tercera Guerra Mundial o un desastre global.
Un refugio en las alturas
El Santuario Wamani abarca unas 32.000 hectáreas en plena cordillera de los Andes, a más de 3000 metros de altitud, en una zona de difícil acceso, pero estratégicamente ubicada. El terreno está rodeado de montañas, volcanes y extensas llanuras, lo que le proporciona un aislamiento natural ideal para hacer frente a emergencias globales.
Entre las infraestructuras ya construidas se encuentran una pista de aterrizaje y más de 80 kilómetros de caminos internos que facilitan la circulación dentro del predio. El plan incluye viviendas, un hotel y espacios destinados a la agricultura y ganadería, con el fin de asegurar una autosuficiencia total a largo plazo.
Quién es el empresario amigo de Elon Musk
Martín Varsavsky es un empresario e inversor argentino radicado en España, conocido por haber fundado compañías de alto impacto como Jazztel y Ya.com. Con una trayectoria marcada por la innovación en el sector tecnológico y de las telecomunicaciones, también ha invertido en proyectos de biotecnología y fertilidad, y mantiene un perfil activo como divulgador y filántropo.
Su relación con Elon Musk ha despertado el interés de los medios: ambos comparten amistades, intereses tecnológicos y visión empresarial a largo plazo. Aunque el sudafricano no participa directamente en el Santuario Wamani, Varsavsky ha citado públicamente a su amigo como inspiración para desarrollar un entorno resiliente ante potenciales colapsos globales.
(Fuente: Shutterstock)
Preparativos para la autosuficiencia
El Santuario Wamani no solo pretende ser un lugar de resguardo, sino también una comunidad resiliente y autosuficiente, capaz de sostenerse por largos periodos sin necesidad del mundo exterior. Las condiciones del terreno permiten el desarrollo agrícola y ganadero, así como el aprovechamiento de fuentes de agua y energía renovable.
La altitud y ubicación de la propiedad la convierten, según su creador, en una de las zonas que quedarían menos afectadas en caso de un invierno nuclear. Varsavsky confía en que Argentina, por su posición geográfica y neutralidad histórica en conflictos globales, será uno de los países más seguros si estalla un conflicto a gran escala.
Un proyecto que refleja una nueva mentalidad
La creación del Santuario Wamani responde a una mentalidad creciente entre empresarios e innovadores: anticiparse a lo improbable pero posible. En un entorno global cada vez más volátil, estos proyectos no solo buscan protección, sino también generar soluciones sostenibles ante escenarios extremos.
Lejos de ser una excentricidad, este tipo de iniciativas despierta un debate necesario sobre la preparación, la desigualdad y la posibilidad real de que eventos globales pongan en jaque al sistema tal como lo conocemos.