El primer engaño de la carrera espacial: el viaje de la perra Laika fue un invento comunista
La misión de Laika, la icónica perra enviada al espacio, está envuelta en mitos y controversias que desafían la versión oficial soviética.
El 3 de noviembre de 1957, el mundo fue testigo de un acontecimiento que marcaría un antes y un después en la carrera espacial: el viaje de Laika al espacio. Esta perra, rescatada de las calles de Moscú, fue enviada a bordo del Sputnik 2 en una misión que, aunque se presentó como un hito científico, estaba condenada desde el inicio.
La verdad tras el "gran logro soviético"
La Unión Soviética presentó el viaje de Laika como un gran avance científico. Sin embargo, la realidad fue más cruda: no había planes para traer a Laika de vuelta, lo que convertía su misión en un sacrificio.
La falta de un sistema de control térmico adecuado provocó que la temperatura en el Sputnik 2 se elevara a niveles insoportables, lo que causó la muerte de la perra pocas horas después del despegue debido al estrés y al sobrecalentamiento.
Aunque los soviéticos lo ocultaron durante décadas, en 2002 se reveló que Laika no sobrevivió más de siete horas en órbita. En lugar de un gran avance científico, la misión de Laika fue más un golpe propagandístico en plena Guerra Fría.
Laika, un símbolo más allá del mito
La figura de Laika se convirtió en un símbolo de la carrera espacial, pero también generó una gran controversia mundial. Organizaciones de derechos de los animales y científicos cuestionaron la ética de enviar a un ser vivo sin posibilidad de retorno.
Aunque la Unión Soviética cosechó el éxito de ser la primera en enviar un ser vivo al espacio, muchos lamentan lo poco que se aprendió de la misión para justificar el sacrificio del animal.
La herencia del sacrificio de Laika
Con el tiempo, la historia de Laika ha sido recordada tanto por sus logros como por las sombras que los acompañan. En Moscú, un monumento la recuerda como parte de la historia de la cosmonáutica, pero también como un error que no debió repetirse.
Científicos involucrados en la misión admitieron que, con el paso de los años, lamentan la decisión de haber sacrificado a Laika sin haber aprendido lo suficiente para justificar su pérdida.