El hábito que es común y que perjudicó a Bill Gates en sus años como estudiante de Harvard: cómo hizo para cambiarlo
El ex director ejecutivo de Microsoft reconoció que tras modificar esta costumbre pudo enfocarse de una forma mucho más eficiente en sus metas.
El éxito que logró Bill Gates a lo largo de su vida no responde solamente a sus aptitudes técnicas, sino también a otros aspectos de su personalidad. Tanto es así que el ex director ejecutivo de Microsoft habló de un hábito que, pese a ser bastante frecuente en las personas, debió cambiar debido a los perjuicios que le generó.
Según sus propias palabras, esta costumbre fue una barrera a la hora de alcanzar sus objetivos en su etapa universitaria, cuando fue estudiante de Harvard. De manera consciente, decidió arrancarlo de raíz para poder cumplir esas metas.
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¿Cuál es el hábito que perjudicó a Bill Gates en sus años como estudiante de Harvard?
En diálogo con el inversionista Warren Buffett, Gates admitió que estudiar a último momento fue el mal hábito que debió cambiar, ya que lo hacía propenso a la procrastinación y, en consecuencia, a la frustración académica.
Además, el magnate empresarial contó que solía estudiar dos días antes de un examen, algo que se convirtió en un problema muy serio en los años siguientes. De hecho, esto se mantuvo hasta su etapa profesional.
Sin embargo, en otra entrevista que Gates brindó para estudiantes de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Nebraska-Lincoln, comentó que ante esta situación debió tomar cartas en el asunto y adoptar rutinas más equilibradas.
¿Cómo cambiar este hábito para evitar la procrastinación?
Así como Bill Gates pudo revertir el hábito de estudiar a último momento, muchas personas que lo tienen incorporado pueden hacerlo también. Una buena forma de lograrlo es seguir una serie de costumbres más sanas, como las que se detallan a continuación:
- Planificación del tiempo: asignar una fecha y hora específica a las tareas pendientes utilizando un calendario o planificador puede facilitar su realización. Además, es recomendable establecer un sistema de prioridades para gestionar las tareas de manera eficiente.
- Regla de los dos minutos: esta técnica sugiere que si hay una tarea que puedes completar en dos, cinco o diez minutos, lo mejor es hacerla de inmediato en lugar de dejarla para después.
- Reducción de distracciones: es aconsejable evitar tener el móvil cerca o la televisión encendida. Asimismo, es fundamental asegurarse de que las condiciones del entorno sean cómodas para estudiar sin interrupciones.
- Evitar el perfeccionismo: esto genera estrés y dificulta para la finalización de las tareas, ya que siempre se encuentra algo que mejorar o, en algunos casos, se abandona por no sentirse capaz de lograrlo.
- Priorizar el descanso: es mejor tomar un descanso antes de continuar con la tarea. Forzarse a seguir en esos momentos no es productivo y solo incrementa el nivel de estrés.
- Uso de recompensas: un premio después de completar una tarea es una excelente manera de aumentar la motivación y mantenerse enfocado.
- Crear hábitos positivos: aplicar estas estrategias de manera regular permitirá que se conviertan en parte de tu rutina diaria, ayudándote a reemplazar el hábito de procrastinar con uno más productivo.