El cereal milenario sin gluten y repleto de calcio que ayuda a fortalecer los huesos
A pesar de ser un pequeño grano, ha desempeñado un papel crucial en la historia de las civilizaciones precolombinas de América y actualmente está presente en innumerables dietas saludables.
El amaranto, de similar apariencia a otros cereales como el trigo, el maíz o la quinoa, tiene un origen milenario en Sudamérica, y es fuente de una gran cantidad de aportes a la salud.
A pesar de ser un pequeño grano, ha desempeñado un papel crucial en la historia de las civilizaciones precolombinas de América. Fue un alimento básico para y en la actualidad ha resurgido como un ingrediente popular debido a su alto valor nutricional.
Cultivado desde el 4000 a.C., este grano fue un alimento básico para las civilizaciones andinas, así como para los mayas y aztecas, que lo consideraban no solo un esencial, sino también un elemento importante en sus rituales religiosos y curativos.
Beneficios de consumir amaranto
En la actualidad, el amaranto ha resurgido como un ingrediente popular debido a su alto valor nutricional. Se destaca por su capacidad de ofrecer nutrientes esenciales y propiedades beneficiosas para la salud.
Posee un alto contenido en proteínas, que incluye todos los aminoácidos esenciales en proporciones adecuadas, lo que lo convierte en una excelente fuente de proteínas de origen vegetal.
Este es un aspecto fundamental para dietas restrictivas como la vegana, donde se busca equilibrar la ingesta proteica sin recurrir a productos animales.
Según ha comprobado un estudio de 2013 publicado en el International Journal of Food Sciences and Nutrition, posee un alto contenido proteico además de ser una fuente rica en minerales como el calcio, el hierro, y el zinc.
El calcio en el amaranto supera al de cualquier otro cereal, lo que lo hace crucial para el fortalecimiento de los huesos.
Es importante considerarlo especialmente en etapas de la vida como la menopausia, donde la densidad ósea de las mujeres puede verse comprometida.
En cuanto al hierro, el amaranto contiene más que alimentos tradicionalmente ricos en este mineral, como las espinacas, aunque no supera a la carne roja. El hierro, junto con su contenido en vitamina C, facilita una mejor absorción del mineral en el organismo.
Composición nutricional del amaranto
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por las siglas en inglés), una taza (aproximadamente 246 gramos) de grano de amaranto cocido contiene:
- 251 calorías
- 46 gramos de hidratos de carbono
- 9,3 gramos de proteínas
- 3,9 gramos de grasa
- 5,2 gramos de fibra
- 2,1 miligramos de manganeso (105% VD)
- 160 miligramos de magnesio (40% VD)
- 364 miligramos de fósforo (36% VD)
- 5,2 miligramos de hierro (29 por ciento VD)
- 13,5 microgramos de selenio (19 por ciento VD)
- 0,4 miligramos de cobre (18% VD)
- 0,3 miligramos de vitamina B6 (14 por ciento VD)
- 54,1 microgramos de folato (14 por ciento VD)
- 2,1 miligramos de zinc (14 por ciento VD)
- 116 miligramos de calcio (12% VD)
- 332 miligramos de potasio (9% VD)
Sin gluten y beneficioso para el sistema cardiovascular
El amaranto es naturalmente libre de gluten, lo que lo convierte en una alternativa ideal para personas con sensibilidad al gluten o enfermedad celíaca, una afección autoinmune que provoca una respuesta negativa al gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno.
En cuanto al sistema cardiovascular, el amaranto se destaca por su capacidad para regular los niveles de colesterol en sangre. Contiene un compuesto llamado betasitosterol, que contribuye a la reducción del colesterol "malo" (LDL) al impedir su reabsorción por parte de la bilis.