Descubrimiento sin precedentes: arqueólogos encuentran un salón de banquetes que tiene más de 2000 años
Recientes excavaciones en Pompeya desvelan un salón de banquetes ornamentado con frescos de la mitología troyana, revelando nuevas perspectivas sobre la vida cultural y social de la antigua ciudad romana.
En la histórica ciudad de Pompeya, ubicada en el sur de Italia y célebre por su devastación tras la erupción del Vesubio en el 79 d.C., recientes excavaciones han revelado la existencia de un salón de banquetes notablemente majestuoso. Este espacio, caracterizado por sus sofisticadas paredes de un intenso color negro y embellecido con frescos que evocan escenas de la mitológica guerra de Troya, ha sido objeto de admiración y estudio.
Los arqueólogos describen este hallazgo como un testimonio del elevado nivel socioeconómico de sus ocupantes originales. El salón es amplio, un indicativo claro de lujo, complementado con decoraciones detalladas de frescos y mosaicos que pertenecen al estilo artístico conocido como 'Estilo III'. La calidad de las pinturas y la cuidadosa selección de temas mitológicos subrayan una cultura de refinamiento y erudición.
Los frescos, en particular, capturan la esencia del heroísmo y la divinidad, retratando figuras emblemáticas de la guerra de Troya. Según las interpretaciones de los expertos, estas obras no solo representan la valentía y el destino de sus protagonistas, sino que también plantean una reflexión sobre la capacidad humana de alterar el propio destino, una oportunidad que, tal como sugieren las imágenes, frecuentemente no se aprovecha completamente.
¿Qué representa este descubrimiento?
Este descubrimiento no solo enriquece nuestro entendimiento de la cultura y las prácticas sociales de la antigua Pompeya, sino que también proporciona una ventana invaluable al arte y la psique de sus habitantes, revelando un mundo donde la convivencia y las celebraciones trascendían el mero acto de comer y beber, convirtiéndose en un arte refinado y cargado de significado. Este salón de banquetes, por tanto, se destaca como un claro ejemplo de la grandiosidad y el dramatismo que caracterizaba a esta civilización desaparecida.
El gran estado de conservación de los frescos en Pompeya ha permitido identificar figuras mitológicas claramente, como Helena y Paris, nombrados en una inscripción griega que también los reconoce por el nombre alternativo de 'Alejandro'. En este contexto artístico, también se destaca la presencia de Casandra, la hija de Príamo, quien aparece junto a Apolo en las paredes decoradas del salón.
Estas representaciones no son meramente decorativas; cumplían un papel social significativo en las residencias romanas. Se utilizaban para estimular el entretenimiento y el diálogo entre los invitados, ofreciendo temas de conversación y reflexión filosófica durante los banquetes.
Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico de Pompeya, señala que el uso de paredes negras en estas salas era estratégico, no solo estético. Este color ayudaba a minimizar la visibilidad del hollín de las lámparas, especialmente durante reuniones nocturnas. Bajo la luz parpadeante y después de consumir vino de la región de Campania, las imágenes pintadas en las paredes parecían cobrar vida, añadiendo una dimensión mística a las celebraciones.
El espacioso salón descubierto tiene aproximadamente 15 metros de largo y seis metros de ancho, y se extiende hacia un patio abierto que funciona como un pasillo de servicio. Una escalera prominente en este patio conduce a los niveles superiores del edificio, aunque está desprovista de adornos, contrastando con la rica decoración del salón, reporta el sitio Eitb.eus.
Bajo esta escalera se halló un montón considerable de material de construcción y, curiosamente, dibujos realizados con carboncillo en el yeso rústico. Estos grafitis incluyen figuras de gladiadores y una representación estilizada de un falo, lo que aporta un vislumbre humorístico o tal vez ritual a la vida cotidiana de aquel tiempo.
Estas excavaciones son parte de un esfuerzo más amplio para estabilizar y proteger la zona limítrofe entre las áreas excavadas y las que aún no se han explorado, con el fin de preservar la integridad hidrogeológica del sitio. Este proyecto ha revelado no solo el gran salón, sino también dos estructuras residenciales interconectadas que incluyen una panadería y una fullonica (lavandería), mostrando la diversidad funcional de las edificaciones urbanas de Pompeya.
El descubrimiento continuo de espacios ricamente adornados con frescos, muchos de los cuales estaban en proceso de renovación al momento de la erupción, subraya la importancia arquitectónica y cultural de Pompeya. Como lo expresa Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura, Pompeya sigue siendo un "unicum global", un tesoro de hallazgos arqueológicos que nos deslumbra continuamente con su rica historia y significado.