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Cierra una de las marcas textiles más conocidas del país: se despiden para siempre todos sus locales, ¿qué ocurrirá con los trabajadores?

El proceso, rodeado de incertidumbre y conflicto laboral, deja a 103 empleados en vilo y al sector textil con una baja difícil de reemplazar.

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La industria textil española atraviesa una de sus crisis más significativas con el cierre de Belda Llorens, histórica empresa alicantina con sede en Banyeres de Mariola. Fundada hace más de medio siglo, la firma se consolidó como una de las más reconocidas del país, llegando a facturar hasta 18 millones de euros anuales y posicionándose como líder en el sistema de hilado open end

Su producto estrella, el hilo reciclado Ecolife, elaborado sin agua ni productos químicos, se convirtió en un referente en sostenibilidad y fue adoptado por marcas como Zara, Ternua o Blue Banana.

Sin embargo, el panorama actual dista mucho de ese pasado de esplendor. Desde febrero de 2025, Belda Llorens ha entrado en un proceso de cierre que culmina con la salida total de su plantilla, compuesta por 103 trabajadores. La empresa optó por desistir del expediente de regulación de empleo (ERE) tras semanas de negociaciones fallidas, dejando a los empleados bajo un permiso retribuido y en medio de una profunda incertidumbre.

"Nos han obligado a aceptar un permiso retribuido sin garantías reales de que se abonarán los sueldos. La mayoría seguimos en casa sin ser despedidos oficialmente y sin respuestas claras", denuncia el comité de empresa. La situación ha generado preocupación no solo entre los trabajadores, sino también en el conjunto del sector textil, que observa cómo uno de sus estandartes cae sin un plan de salida claro.

El proceso, rodeado de incertidumbre y conflicto laboral, deja a 103 empleados en vilo y al sector textil español con una baja difícil de reemplazar. Fuente: beldallorensyarns.com

El conflicto familiar detrás del cierre de Belda Llorens

Aunque la industria textil enfrenta retos estructurales -como el aumento de costes, la competencia global y la baja demanda-, el cierre de Belda Llorens no se explica únicamente por factores económicos. Según reconoció Jorge Mataix, director general de la empresa, en declaraciones a Modaes, "el conflicto interno entre los accionistas ha sido el detonante final".

La empresa pertenece a la Corporación Financiera Mataix SL, controlada por distintas ramas de la familia Mataix. Las tensiones internas se agudizaron tras la salida de Francisco Mataix, impulsor del giro hacia la sostenibilidad con la línea Ecolife. Desde su partida a finales de 2023, la dirección recayó en Jorge Mataix, cuyas decisiones han sido duramente cuestionadas por el comité de empresa.

"El director general busca ganar tiempo mientras liquida los últimos activos sin afrontar sus obligaciones con los trabajadores", denuncian los representantes laborales. También aseguran que la empresa ha utilizado los ERE como táctica dilatoria en los últimos años, pese a contar con patrimonio suficiente para afrontar las indemnizaciones.

¿Qué ocurrirá con los trabajadores despedidos?

El proceso de cierre no solo deja a 103 personas sin empleo, sino también en una situación jurídica y económica incierta. A pesar de haber alcanzado un principio de acuerdo que contemplaba una indemnización de 27 días por año trabajado durante 18 mensualidades, la empresa se negó a presentar garantías de pago.

"El trato se truncó ante la negativa de la compañía de presentar una garantía de pago", detalló Antonio García, secretario del comité de empresa. Además, desde el 2 de mayo la empresa ha comenzado a comunicar que no podrá pagar los anticipos de las nóminas por falta de liquidez. El comité ya ha iniciado acciones legales: "Estamos recolectando toda la documentación para presentar demandas si no se resuelve la situación".

En paralelo, Belda Llorens ha comenzado los trámites para declararse en concurso de acreedores, una medida que podría dilatar aún más el cobro de indemnizaciones. La empresa pretende pagar los despidos "a medida que tenga liquidez", vendiendo maquinaria y stocks, pero no hay garantías de que eso ocurra.

El proceso, rodeado de incertidumbre y conflicto laboral, deja a 103 empleados en vilo y al sector textil español con una baja difícil de reemplazar. Fuente: Archivo

Un golpe duro para la industria textil en España

El cierre de Belda Llorens deja una herida profunda en el sector. No solo por el número de empleos directos que se pierden, sino por lo que la empresa representaba: innovación, sostenibilidad y tradición. 

En 2023, había logrado revertir los números negativos del año anterior, con una cifra de negocio de 13,57 millones de euros y un resultado de explotación positivo de 382.918 euros. Sin embargo, la matriz, Corporación Financiera Mataix, cerró con pérdidas de 2,39 millones de euros, lo que aceleró la crisis interna.

Los expertos apuntan a una confluencia de factores: conflictos familiares, falta de liderazgo empresarial, caída de la demanda y dificultades estructurales del sector. En palabras del comité: "Lo más grave es que la empresa no ha sido transparente. No ha aportado documentos clave y eso nos hace pensar que quieren llegar al concurso vaciando el patrimonio".

¿Es este el fin de Belda Llorens?

Todo indica que sí. La retirada del ERE, el anuncio de que los despidos se harán según disponibilidad económica y la falta de información clara por parte de la dirección auguran un proceso largo y conflictivo. El cierre de los locales y el fin de la producción son ya una realidad.

"Han vaciado la empresa mientras los trabajadores siguen esperando respuestas. Es un final indigno para una marca que fue un orgullo nacional", concluyen desde el comité de empresa.


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