Así fue la historia de Policarpo, el discípulo de la iglesia primitiva que fue borrado de la Biblia
Policarpo fue discípulo del apóstol Juan, martirizado por su fe cristiana a manos del Imperio Romano.
Aunque la Biblia recoge la vida y enseñanzas de muchos personajes fundamentales en la historia del cristianismo, hubo algunos discípulos cuyas historias no quedaron registradas en las Sagradas Escrituras. Tal es el caso de Policarpo de Esmirna, un pilar de la iglesia primitiva, discípulo del apóstol Juan y uno de los primeros mártires de la fe.
Como obispo de Esmirna, Policarpo defendió la ortodoxia cristiana contra las herejías y mantuvo la tradición apostólica en tiempos de persecución. Su testimonio más impactante fue su martirio en el año 155 d.C., cuando fue arrestado por las autoridades romanas y condenado a morir en la hoguera por negarse a rendir culto al emperador.
Así fue la historia de Policarpo, el discípulo de la iglesia primitiva que fue borrado de la Biblia
Policarpo nació alrededor del año 69 d.C. Aunque los detalles de su juventud y conversión son escasos, se sabe que fue instruido directamente por el apóstol Juan, quien lo nombró líder de la iglesia en Esmirna.
Aunque sus escritos no fueron incorporados al canon bíblico, su "Carta a los Filipenses" es un testimonio de su compromiso con la fe y su preocupación pastoral por las comunidades cristianas.
Según informa el sitio web Bite Project, en sus últimos años "Policarpo trató de resolver disputas sobre la fecha para celebrar la Pascua, y se enfrentó a uno de los herejes más problemáticos de la iglesia, Marción (85-160), a quien llamaba el primogénito de Satanás".
El martirio de Policarpo
En una época donde las persecuciones contra los cristianos eran frecuentes, Policarpo fue arrestado y llevado ante las autoridades romanas. Su valentía y devoción dejaron una huella profunda en la comunidad cristiana, y su martirio es uno de los primeros registrados con detalle en la historia de la Iglesia.
Según cuentan los documentos de la Iglesia primitiva, Policarpo fue llevado ante el procónsul Estatio Quadratus, quien lo interrogó en presencia de una multitud. A pesar de la presión, Policarpo se mantuvo sereno y respondió con astucia a cada pregunta, lo que terminó exasperando a Quadratus. Ante las amenazas del gobernador, el anciano obispo le advirtió que el fuego terrenal sólo ardía por un momento, mientras que el fuego del juicio divino era eterno.
De nuevo Quadratus le insistió diciéndole que si juraba por el emperador y maldecía a Cristo quedaría libre. A lo que Policarpo respondió: "Llevo ochenta y seis años sirviéndole, y ningún mal me ha hecho. ¿Cómo he de maldecir a mi rey, que me salvó?"
De esta manera, el discípulo fue llevado al lugar de la ejecución. Una tradición afirma que, cuando los guardias se dieron cuenta de que no tenían clavos ni cuerda para sujetarlo al madero, Policarpo les aseguró que no era necesario sujetarlo, que Jesús lo fortalecería para soportar las llamas. Otro relato dice que las llamas evitaron su cuerpo, arqueándose sobre su cabeza. Cuando los guardias se dieron cuenta de que Policarpo no podía quemarse, lo apuñalaron con una lanza, y la sangre que corrió apagó las llamas.
Legado y reconocimiento
Aunque sus escritos no forman parte de las Sagradas Escrituras, la vida y obra de Policarpo han sido fundamentales para la formación y consolidación de la doctrina cristiana en sus primeros siglos.