Adiós insomnio: el truco infalible para mejorar la calidad del sueño y aumentar la capacidad neuronal después de los 50 años
Un informe reveló los daños en la salud que genera dormir mal después de los 55 años y las acciones claves para mejorar la calidad del sueño.
Según un reciente informe publicado por la Fundación MAPFRE, la calidad de sueño emerge cómo un factor fundamental en la salud y el bienestar de los sénior (personas mayores de 55 años).
El estudio, titulado Séniors y Salud en España, revela que, dentro de este grupo demográfico, una proporción significativa enfrenta dificultades para dormir y descansar adecuadamente.
Esto impacta negativamente en su percepción de la salud y calidad de vida. El informe, basado en 2596 entrevistas, ofrece una visión detallada de los patrones del sueño de estas personas y destaca la necesidad de abordar el problema.
El estudio revela que un 43% de los sénior no consigue dormir la cantidad de horas recomendadas por día (entre siete y ocho). A su vez, 67% de los entrevistados se despierta con la sensación de no haber descansado lo suficiente en cinco o más días de la semana.
Los problemas de sueño en las personas mayores de 55 años
El informe señala que cuanto más les cuesta dormir a los sénior, peor es su percepción de la salud. Los datos revelan que estas personas sufren de distintas dificultades a la hora del descanso. Algunos de los problemas experimentados son:
Dificultad para conciliar el sueño: muchos sénior tardan en dormirse por la noche, reduciendo así su tiempo total de sueño óptimo.
Despertares nocturnos: otro problema común es despertarse varias veces durante la noche, cortando así el ritmo de descanso.
Sueño no reparador: al despertar, muchos sénior no se sienten descansados, aunque hayan dormido una cantidad de horas óptima. Esto se debe a que el nivel de sueño no es suficientemente bueno.
Factores que afectan la calidad del sueño de los sénior
Desde la fundación MAPFRE identificaron algunos de los factores perjudiciales para la salud y el bienestar de los sénior.
Por un lado, se encuentran las patologías crónicas, cómo lo son la artritis o la diabetes, entre muchas otras que pueden interferir en las horas de sueño o la calidad del descanso. Adicionalmente, algunos medicamentos necesarios para combatir estas enfermedades pueden tener impactos perjudiciales en el sueño.
Por otro lado, los malos hábitos del sueño pueden ser causados por tener horarios irregulares, el consumo de cafeína o de alcohol antes de dormir o los dispositivos electrónicos en la cama, afectando la calidad del sueño.
Sumado a eso, factores psicológicos como las preocupaciones y el estrés pueden dificultar la conciliación del sueño y hasta provocar despertares nocturnos.
Las enfermedades que pueden complicar el sueño
Algunos de los trastornos del sueño que dificultan el descanso, cómo el insomnio que dificulta conciliar el sueño, o la hipersomnia que aumenta el sueño habitual, pueden ser generados por las siguientes enfermedades crónicas:
Hipertensión: la presión arterial alta puede generar insomnio, ronquidos y apnea obstructiva, complicando la respiración a la hora de dormir.
Diabetes: las personas con diabetes pueden desarrollar apnea del sueño, provocando alertamientos nocturnos e interrupciones del sueño debido a la saturación de oxígeno en sangre
Artritis: el dolor o la rigidez en las articulaciones puede afectar a la capacidad de conciliar el sueño y generar espasmos de dolor nocturnos que interrumpen el descanso
Los medicamentos que complican un buen dormir
Son varios los medicamentos que pueden generar complicaciones para dormir. Existen algunos que dificultan la conciliación del sueño y otros que pueden aumentar la somnolencia.
En cualquier caso, se debe consultar a un profesional antes de modificar cualquier medicamento, pero algunos de los que pueden generar problemas de sueño son:
Descongestionantes para resfríos: al aumentar la frecuencia cardíaca, pueden producir palpitaciones y presión arterial.
Medicamentos para el asma: este tipo de medicamentos puede generar dolores de cabeza, palpitaciones cardíacas y temblores nocturnos
Medicamentos para la diabetes: El nivel de azúcar bajo causado por utilizar insulina o ciertos medicamentos orales que reducen la glucosa, puede causar inquietud, perturbación del sueño, sudores nocturnos y un ritmo cardíaco acelerado
Cómo mejorar la calidad del sueño
Los expertos de la Fundación MAPFRE ofrecen una serie de recomendaciones que pueden resultar cruciales para que los sénior mejoren su calidad del sueño.
Establecer una rutina de sueño regular: acostarse y levantarse en horarios preestablecidos, pactando una rutina del sueño que se respete incluso en los fines de semana.
Crear un ambiente propicio para el sueño: asegurarse de que el dormitorio cuente con la suficiente oscuridad y tranquilidad para no interrumpir el sueño, junto a una temperatura agradable.
Realizar actividad física: la ejercitación regular puede mejorar la calidad del sueño, manteniendo el cuerpo activo para mejorar sus procesos biológicos.
Practicar técnicas de relajación: frente a la ansiedad o el estrés, la meditación, el yoga o los baños calientes pueden facilitar el sueño.
Consultar a un médico: si los problemas del sueño persisten, es importante buscar ayuda médica para evitar problemas mayores y recibir el tratamiento adecuado.
El informe destaca que la calidad del sueño debe ser abordada cómo parte de un enfoque integral para la salud y el bienestar de las personas mayores a 55 años.
Mejorar los patrones de sueño ayuda a mejorar la percepción de la salud, aumentar la energía y vitalidad, y reducir el riesgo de problemas de salud física y mental.