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"Mileinomics": qué es cerveza y qué espuma en la receta económica del Presidente

Marcos Buscaglia, director de Alberdi Partners, es uno de los economistas más escuchados por el Círculo Rojo. Para él, el Gobierno "acierta en la estrategia; lo criticable es la táctica". En qué "la ve" y en qué, todavía, no ve que Milei y Caputo "la vean"

Muchos lo conocen por su participación en Odisea, el programa de televisión de Carlos Pagni, y por sus columnas dominicales en La Nación. Pero, bajo esas marquesinas, brillan las credenciales de Marcos Buscaglia: Doctor en Economía (Universidad de Pensilvania), fue economista jefe para América latina en el Bank of America Merrill Lynch y el Citibank; en ambos casos, trabajando en Nueva York. Docente -Universidad de San Andrés, IAE- y con pasado laboral también en el estudio de Ricardo Arriazu, cumple ocho años al frente de su propia consultora. La bautizó Alberdi Partners, cuando pocos reivindicaban al ilustre tucumano.

¿La ve o no la ve?

Ni la posición del Gobierno ni la de los más escépticos es la correcta. Hay cosas muy positivas. Por ejemplo, haber entendido que el ancla fiscal es el único que funciona en la Argentina, dada la debilidad de cualquier otro. También, el commitment a reducir el déficit fiscal. Es fundamental. El Gobierno ataja de cuajo uno de los grandes problemas de la Argentina: el déficit fiscal y el consecuente monetario (inflación). A la micro trabada, capturada por intereses especiales, la atacó con el DNU y la Ley de Bases. Eso es muy positivo. Si logra implementarlo, de forma positiva, será muy positivo para el país en los próximos años.

¿Pero...?

Donde más está el debate es en los detalles de la táctica, cómo se va implementando. Qué parte es cerveza y qué parte espuma. No todo es uno o la otra. Si uno mira el ajuste fiscal, hay una parte que es real: se echaron empleados, se redujo la obra pública, se licuaron transferencias a provincias. Está subiendo impuestos, con un gran costo político. Las tarifas de electricidad, de gas... Hay un gobierno que toma un costo político muy importante, al que nadie se había atrevido.

¿Y la espuma?

La espuma es lo que se va a ir diluyendo: el ajuste jubilatorio, el atraso de los pagos a Cammesa... La espuma no me preocupa mientras se vaya avanzando con las medidas para reemplazarlas.

¿Qué se necesita para eso?

Necesitás la Ley de Bases (N.d.R.: al cierre de esta edición, recién había ingresado al Senado). Necesitás ese cambio para que, en el ajuste fiscal, aumente la proporción de cerveza con respecto a la espuma. Lo mismo con lo cambiario. Hubo un gran ajuste, con mucho costo político. Hats off para el Gobierno. La situación de base es mejor. Se revirtió el déficit comercial; en los primeros tres meses, hubo un superávit comercial importante. Pero también con espuma.

¿Cuál?

La espuma de eso que, en realidad, el esquema donde se patean los pagos siguió estando. Sigue habiendo un pateo de pagos. Hay una diferencia importante entre las importaciones y las efectivamente pagadas. Eso se va a ir eliminando a medida que pase el tiempo. La mayoría de las importaciones son cuatro pagos mensuales, del 25% del bien cada uno. A medida que vas acumulando meses, vas sumando deuda.

Y se vuelve al déficit...

El punto es: se hizo un esfuerzo muy importante, con un costo político muy importante. Hubo resultados reales, como el superávit comercial. Pero una parte, todavía, es artificial. Necesitás mecanismos reales para sumar reservas en el futuro.

¿La baja de inflación es cerveza o espuma?

En el ajuste de precios relativos, el Gobierno tomó un gran costo político. No hay más Precios Cuidados, la carne está a precios de mercado, el aumento de naftas fue impresionante; también el de gas. Se hizo un gran avance. Pero a todo, todavía, le falta algo; no está todo hecho. Desde el tema inflación, desde el principio, estoy del lado del Gobierno. De entrada, pronosticamos una inflación más baja que el consenso porque vemos que la recesión es brutal. El costo recesivo es muy grande. Veo avances importantes. Pero, en algún momento, hay que seguir.

¿Cómo se sigue?

Me preocupa cómo retomar el sendero del crecimiento. Ahí, el Gobierno piensa que, con la reducción del déficit fiscal y de la inflación, viene solo. Pero creo que hay que hacer algo más. Habrá que levantar el cepo, tener un esquema monetario y cambiario distinto que el actual, que es de licuación. Fijate las bajas de tasas.

"Me preocupa cómo retomar el sendero del crecimiento. Ahí, el Gobierno piensa que, con la reducción del déficit fiscal y de la inflación, viene solo. Pero creo que hay que hacer algo más. Habrá que levantar el cepo, tener un esquema monetario y cambiario distinto que el actual, que es de licuación".

¿Por qué?

Es un esquema de licuación. Quiere licuar los pasivos no monetarios del Banco Central. La contraparte de eso es que el crédito está totalmente bajo. Está cayendo muy fuerte. En algún momento, habrá que hacer un cambio. A pesar de lo que dice el Presidente y nos critica a los economistas profesionales, cuando quieras traer dinero en forma masiva a la Argentina, el tipo de cambio tendrá que sufrir algún pequeño cambio.

De nuevo: ¿por qué?

La Argentina necesita ganar muchas reservas. Es muy anómalo para un país tener reservas netas negativas. Las reservas son un seguro para que, cuando viene un shock, puedas usarlo. La Argentina las perdió y se agotó el otro seguro, que era el dinero del FMI. Perú es un quil*mb*. Pero tiene el 30 por ciento del PBI de reservas. Maneja la macro con la pelota a lo Riquelme, bien bajo el pie.

¿Qué deberían hacer Caputo y Bausili?

No te digo ir a 30. Pero sí conseguir 10 puntos de PBI de reservas en los próximos años. Son entre US$ 50.000 millones y US$ 60.000 millones. Esta idea que esbozó abiertamente el Presidente, que podés estar con tipo de cambio bajo, no es así. Necesitás un tipo de cambio alto porque los dólares te los tenés que ganar exportando. Ahí está el debate. En algún momento, hay que cambiar el sesgo del plan. Pero no veo al Gobierno queriendo dar ese paso.

¿Qué es lo que más le criticás al Gobierno?

Las críticas son más de la táctica, si el plan de estabilización se pudo hacer mejor. En la estrategia, estoy muy de acuerdo: fueron a atacar el principal problema macro y micro de la Argentina.

¿Cómo creés que va a seguir? Hay empresarios muy entusiasmados con este gobierno.

La población, en sí, va a estar mirando tres cosas: inflación, nivel de actividad y seguridad. La próxima preocupación va a ser el empleo. Qué hacer para que estos empresarios, que están tan entusiasmados, den el paso, pongan dinero y contraten gente. Estar entusiasmado es una cosa; poner dinero es otra.

"Esta idea que esbozó el Presidente, que podés estar con tipo de cambio bajo, no es así. Necesitás un tipo de cambio alto porque los dólares te los tenés que ganar exportando. Ahí está el debate. En algún momento, hay que cambiar el sesgo del plan. Pero no veo al Gobierno queriendo dar ese paso."

¿Por qué, en tu último libro, elegiste plantear "Más allá del ESG"?

El título es "Más allá del portfolio ESG: cómo Wall Street puede ayudar a la democracia a sobrevivir". Cuando uno analiza, se da cuenta de que los mercados financiaron a todos los autócratas o aspirantes a tal. La mayor parte fue involuntariamente, la gente no sabía que los estaba financiando.

¿Cómo conecta eso con la agenda ESG?

Es un marco que, si bien está aún sujeto a muchas controversias, fue la respuesta del mercado financiero a la preocupación que tiene la gente por el medioambiente. Imitemos eso. Hay un receso democrático en el mundo desde mediados de la primera década de este siglo. No es con golpes de estado, sino de a poquito. Como pasó en Rusia o Turquía: democracias muy limitadas. Por eso está metido en ESG. Es un framework ya adaptado del mercado financiero a la demanda de los inversores.

¿Cuál fue tu disparador para escribirlo?

Todo surgió por la Argentina. En 2019, cuando veía que ganaba una fórmula con CFK como vicepresidenta, si ese Gobierno hacía las cosas bien, en los mercados había predisposición a financiar a la Argentina. Pero, si ella podía, iba a tratar de avanzar sobre instituciones democráticas. No pudo hacerlo por la ineptitud del Gobierno. Pero los K, en Santa Cruz, lo habían hecho claramente. Ahí dije: "Esto no está bien". Me metí en el tema.

¿Notaste cambios en los mercados a ese financiamiento "involuntario" a aspirantes a dictadores?

Claramente. La invasión de Rusia a Ucrania fue un game changer. Rusia tenía una exposición de más de US$ 100.000 millones en los mercados y eso quedó evaporado. Lo otro que levanta mucho el vuelo de esto es lo que, cada tanto, pasa con el mercado de acciones de China. Lo meten preso a Jack Ma y afecta a las acciones de Alibaba. Esos son los eventos que, típicamente, disparan el debate.

(La versión original de esta nota se publicó en el número 365 de la revista Apertura, correspondiente a mayo de 2024)

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