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Ganancias: los salarios ganadores y perdedores tras el alivio del mínimo no imponible

En un guiño al sector formal el Gobierno incrementó el tope desde el que tributan los trabajadores . El efecto se sentirá este mes ¿Hay alivio frente a la inflación?

Tras la modificación que introdujo el Gobierno en el mínimo exento del Impuesto a las Ganancias y los ajustes en las escalas retroactivos a enero, con el objetivo de llevar alivio sobre los ingresos que perciben los trabajadores formales y autónomos , un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), indagó cuál es el efecto real en contraste con el ritmo de la inflación.

Frente a la actualización que supone que aproximadamente entre el 85% y el 90% de los empleados no tributen Ganancias, IARAF destacó que "en un contexto de normalidad y relativa estabilidad, este ajuste anual sería suficiente".

Sin embargo, por el proceso inflacionario de la Argentina "si esos parámetros de cálculo no se ajustan a lo largo del año, el crecimiento nominal de los ingresos pautado para tratar de seguir el ritmo de la inflación provoca que dentro del ejercicio cada vez más trabajadores queden alcanzados por el tributo", aclaró.

Además, genera que quienes ya tributaban vean crecer mes a mes el porcentaje que de sus ingresos representa el impuesto que deben abonar -tasa efectiva, "distorsionando" así el objetivo de política económica respecto a que la mayor parte de los asalariados no tributen ganancias.

En números, el monto de $404.062 mensual de salario bruto hasta el cual un trabajador queda excluido del impuesto, se incrementó a $506.230 desde el mes de mayo y a $700.875 a partir del mes de agosto, lo que implica que para incrementos nominales de sueldos de hasta el 73.5% hasta fin de año, ese tramo de asalariados se mantendrá fuera del alcance del tributo.

De no haberse dispuesto ese ajuste, un trabajador que en enero estuviera apenas por encima del monto bruto de remuneración excluida ($405.000), terminaría 2023 (suponiendo un crecimiento nominal de sus ingresos anuales del 100%, distribuido equitativamente en cada mes) pagando un impuesto a las ganancias equivalente al 11% de su ingreso neto, mientras que, en la situación actual, terminará tributando solo el 2.8%.

En ese sentido desde IARAF indican que los trabajadores no quedan absolutamente excluidos "toda vez que en algunos meses anteriores a las actualizaciones dispuestas habrá quedado alcanzado".

Por otro lado, compara un trabajador que queda alcanzado por el impuesto, frente a uno que goza, por el nivel de ingresos, de la deducción adicional decreciente establecida para evitar la incongruencia que un empleado con un sueldo mayor termine percibiendo menos de bolsillo que otro con un sueldo menor por efecto del impuesto a las ganancias. Además, analiza ingresos de trabajadores que quedan plenamente alcanzados por el impuesto.

La falta de actualización de los parámetros de cálculo de estos trabajadores implica una "afectación creciente" de sus ingresos por parte del impuesto a las ganancias con una alícuota efectiva creciente mes a mes, refleja el estudio y destaca que "se diluye el impacto relativo de los mínimos y deducciones y quedan nominalmente alcanzados por tramos superiores de la escala progresiva, aun cuando su sueldo real no se haya incrementado".

En todos los casos la tasa efectiva estimada para 2023 como consecuencia de los aumentos nominales de salarios para intentar compensar la inflación, conjuntamente con falta de ajustes de los parámetros de liquidación hubiera llevado a la incorporación de muchos trabajadores al impuesto y a incrementos notables de la alícuota efectiva a aquéllos que ya lo estaban.

"Los ajustes fueron el aumento del 100% de los niveles de ingresos brutos que cuentan con la deducción adicional plena (que quedó fijada en $700.875, caso 1) o parcial y decreciente ($808.341, caso 2), y un ajuste del 35% en los topes de los tramos de escala, sin modificar en absoluto los mínimos y deducciones generales que pueden computar el común de los trabajadores".

Impacto real

En cambio, según el estudio, así como la actualización del valor de salario bruto que permiten aplicar la deducción adicional total (caso 1) se muestra eficaz para mantener a la mayoría de los trabajadores fuera del impuesto, las otras medidas reducen poco el crecimiento de las alícuotas efectivas que sufrirán los trabajadores alcanzados por efectos de nominalidad y no por un crecimiento de sus ingresos reales.

Así, en el caso 2 ejemplificado, que permite computar parcialmente la deducción adicional, la distorsión por el incremento en la tasa efectiva se reduce a la mitad. En los demás casos (que no experimentan ajuste alguno en sus deducciones), el efecto del ajuste en los tramos de escala reduce muy marginalmente el crecimiento de presión tributaria que experimentarán.

Al comparar la alícuota efectiva que los trabajadores hubieran tenido sin las modificaciones realizas versus las que tendrán en función de los cambios implementados se detecta que las mayores diferencias se concentran en los casos 1 y 2, es decir en aquellos que en enero de 2023 tenían un sueldo bruto mensual de $405.000 y $500.000, respectivamente.}

Como resultado, el informe refleja que "la inflación deteriora los parámetros reales del impuesto y por esa vía aumenta las alícuotas efectivas"

Por eso, los recientes cambios disminuyen las alícuotas efectivas, siendo mayor la caída en los casos de sueldos más bajos.

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