Por qué Milei le pidió la renuncia a Mondino y qué se puede esperar de Werthein
La ministra de Relaciones Exteriores y Culto fue desplazada luego de la votación que se dio esta mañana en la Asamblea General de la ONU en favor a Cuba. Acusaciones y mella constante de la mesa chica de Milei. El rol de su reemplazante.
El presidente Javier Milei le pidió a Diana Mondino que presente la renuncia a su cargo como canciller. Aunque había un largo prontuario de hechos que llevaron a que estuviera en la cuerda floja, el punto de inflexión fue una votación esta mañana en las Naciones Unidas en la que Argentina votó a favor de Cuba.
La comitiva nacional votó hoy en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba en la Asamblea General de la ONU, donde se aprobó una resolución que pide poner fin al "bloqueo" a ese país. Los únicos dos países que se opusieron a la moción fueron Estados Unidos e Israel; justo esos con los que Milei tiene un alineamiento casi incondicional en términos de política exterior. Aquello fue el quiebre definitivo, aunque cerca de Mondino acusan que podría haber sufrido un sabotaje.
El reemplazante será el embajador argentino en Estados Unidos, Gerardo Werthein, a quien la cúpula libertaria le había ofrecido el cargo semanas atrás, pero que no había prosperado. La propuesta volvió a hacerse nuevamente, esta vez ante la situación de que Mondino sería desplazada sin miramientos.
"El nuevo canciller de la República Argentina es el señor Gerardo Werthein", tuiteó el vocero presidencial, Manuel Adorni. Según pudo saber este medio, fue el Presidente fue quien hizo el pedido a la funcionaria saliente. Después, Milei retuiteó una publicación de la diputada del PRO, Sabrina Ajmechet, que decía: "Orgullosa de un gobierno que no banca ni es cómplice de dictadores. Viva #CubaLibre".
El desacuerdo que existía entre el triángulo de hierro (compuesto por Javier Milei, Karina Milei y Santiago Caputo) se deba porque Mondino no lograba que la burocracia diplomática se alinee con la política exterior que quería el Presidente.
"La Argentina atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales", comunicó la Oficina del Presidente (OPRA). Además, se anunció que se va a auditar a todo el personal de Cancillería para identificar "impulsores de agendas enemigas de la libertad".
La única condición que se le pedía a los altos funcionarios de la Cancillería es que se posicionaran tal y como rezaba la propuesta exterior de Milei durante la campaña: en contra de la Agenda 2030 de la ONU y a favor de Estados Unidos e Israel. Signo de eso fue que el Presidente le envió una carta oficial a todos los embajadores y altos funcionarios del Servicio Exterior en el que exigía ese alineamiento.
"Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado", esgrimió.
Mondino era una persona que no tenía la simpatía de Karina Milei. En rigor, fue la secretaria general de la Presidencia quien se hizo con la Agencia Nacional de Promoción de Exportaciones e Inversiones (AAICI) y de la Marca País, áreas de influencia y control crucial que han estado en el área de la Cancillería.
Los secretarios y directores que había colocado Mondino al arribar a su cargo también fueron horadados por el triángulo de hierro.
Una de las renuncias más resonantes fue la del vicecanciller Leopoldo Sahores, quien fue reemplazado por Eduardo Bustamante, a quien Karina Milei llevó consigo a su viaje a Francia para atraer inversiones. Meses atrás, la hermana presidencial le había colocado a una abogada especializada en Familia, Úrsula Basset, para auditarle la gestión.
Santiago Caputo consideraba que la canciller era un interesante punto medio entre la intransigente posición oficial y las demandas de los diplomáticos de llevar una política exterior más flexible.
Un funcionario de extrema confianza de Milei ha confiado ante El Cronista que la mesa chica libertaria considera a la planta de diplomáticos de carrera y altos cargos de la Cancillería como "enfermos mentales comunistas".
En ese sentido, el embajador en Estados Unidos viajará en las próximas horas al país para asumir como nuevo canciller. Se trata de una persona que cuenta con la confianza suprema de Javier y Karina Milei y que está alineado con las intenciones de los hermanos libertarios.
Se trata del tercer ministro que abandona la gestión libertaria. Los otros dos fueron Guillermo Ferraro (Infraestructura) y Mario Russo (Salud). También abandonó su función en mayo el jefe de Gabinete Nicolás Posse.
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