El futuro cargo que Milei pensaría para Posse y las dudas sobre el "Plan Desguace" en el nuevo Gabinete
Pese a su renuncia por términos personales y no solo políticos, el jefe de Gabinete saliente aún es mencionado para un rol específico en la gestión, a consideración del Presidente a su vuelta. Cómo avanza la transición ante el arribo de su sucesor al despacho
La caída de Nicolás Posse se explica tanto por componentes personales del propio Presidente y su entorno como por una fuerte carga negativa en la valoración de su gestión a cargo de la Jefatura de Gabinete. Al comienzo de la gestión, Javier Milei lo subió a un pedestal otorgándole responsabilidades clave y áreas de gestión. Meses después terminó siendo una de las causales de desplazamiento: consideran que hubo pocas delegaciones y que los tiempos burocráticos terminaron haciéndose ineficientes.
Al menos así fue el diagnóstico de un estrecho colaborador del Presidente, que estableció que esa concentración terminó siendo contraproducente para la gestión. "No entendió la dinámica de gestión que quería Milei, que pidió delegar", alegó este funcionario. "El Presidente es quien más delega de todos", dijo, aludiendo al caso actual del recambio de Gabinete en medio de la gira de negocios del jefe de Estado.
¿Qué podría pasar con Posse? Se trata de una pregunta que aún no conoce mayores respuestas. Desde el Gobierno remarcan que echarlo o dejarlo son dos alternativas con mismas posibilidades. Si fuera el segundo caso, afirman que no se quedará por consideración personal, sino por aptitudes que le vean para un cargo específico. Entre las primeras consideraciones está la de un cargo que esté orientado a la captación de inversiones extranjeras. Algo que, por ejemplo, está entre las funciones de algunas áreas de la Cancillería.
Cerca del exfuncionario comentan que no tiene problemas en continuar en la gestión libertaria, aunque sea con un cargo de menor rango. "Nicolás está alineado al proyecto de Milei", dice alguien de su círculo. Según comentan, había puesto a disposición su renuncia un mes atrás, sabiendo que había perdido consideraciones en la primera línea libertaria, que era cuestionado por sus resultados y que su vínculo con el primer mandatario se había deteriorado significativamente.
"Queríamos que deje de haber incertidumbre sobre este tema", dicen cerca del Presidente respecto al desplazamiento de Posse. Consideraban que dentro del Gabinete la cuestión era insostenible y que, incluso, sería atípica una reunión de ministros con un jefe de Gabinete que aparecía como un renunciado inminente.
Incluso, en la mañana del lunes, propios funcionarios del círculo de Milei alegaban que Posse llegaría al mes de junio. "Va a tener la suerte de que va a poder cobrar el mes que viene", decía jocosamente uno de ellos. Pero el Presidente decidió horas más tarde acelerar la decisión. Desde el riñón de Francos conocían que el nombramiento del ministro era cuestión de tiempo, pero no que se daría apresuradamente.
Los funcionarios de Francos están recibiendo un curso intensivo de cómo es la Jefatura de Gabinete. Incluso, desde ambos sectores reconocen que el diálogo con Posse no se cortó después de la renuncia y que ambos están en un contacto casi constante.
En todo ese proceso, la incertidumbre versa en cómo será el futuro de los funcionarios llamados por Posse. Allí tiene una especial injerencia lo que decida el asesor presidencial Santiago Caputo, quien decidió mostrarse públicamente en la jornada de ayer. Apareció en la primera fila durante la conferencia que brindó Francos en Casa Rosada y cruzó la Plaza de Mayo para estar presente en el café informal junto a los ministros en un bar de la zona.
Solamente hay uno de los siete secretarios que componen esa área que fue revalidado por Milei y su círculo de confianza: se trata de José Rolandi, titular de la Secretaría Ejecutiva de Gobierno, la cual funciona como la principal pata técnica y de asistencia para las negociaciones políticas que precisa la Jefatura.
Es usual verlo a Rolandi caminar a pasos apresurados por los pasillos de Casa Rosada. Ese mismo lunes se lo vio ingresar al sector restringido donde se ubica el Despacho Presidencial, la Secretaría General de la Presidencia y la oficina del Jefe de Gabinete. Generalmente hace esos traslados para llevar las novedades de las principales gestiones que realiza en su secretaría, la cual tiene un rol central en las negociaciones por la Ley Bases y el paquete fiscal.
Es una certeza que varias secretarías y subsecretarías de la Jefatura pasarán al ministerio que liderará Federico Sturzenegger, aun sin nombre revelado, pero que será "parecido al Ministerio de Modernización de (Andrés) Ibarra", comentan cerca del Presidente.
Las Secretarías de Simplificación del Estado y de Transformación del Estado y Función Pública serían trasladadas casi de manera integra. La cartera de Empresas y Sociedades del Estado -que ya tiene computada la renuncia de su titular, Mauricio González Botto- no tendrá un pasaje total, pero el economista ultraliberal tendrá en su poder la administración de una veintena de compañías.
Un desguace similar podría sufrir la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, que tiene competencias en rubros como telecomunicaciones y todo lo que hace a las contrataciones estatales y de las TICs. Su titular, Alejandro Cosentino, es otro de los que tiene chances de irse junto al secretario de Estrategia Nacional, Jorge Antelo, que tuvo mucho que ver con las políticas que Posse llevó a cabo en la AFI junto al ya renunciado Silvestre Sívori.
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