"Tucho" Fernández, Neruda y la sed de amor por las mujeres

Cuando había pasado un par de meses de su pontificado, el Papa Francisco le encomendó a una agnóstica, María Kodama, y a quien escribe estas líneas, la realización en la Argentina de una iniciativa de diálogo entre creyentes y no creyentes, denominada "Atrio de los Geniles", creada por Benedicto XVI, y que llevaba adelante el cardenal Gianfranco Ravasi.

Con el Foro Ecuménico Social habíamos organizado un seminario en Italia con Stefano Zamagni, hoy presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, y el brillante economista había sugerido a Ravasi que esa experiencia se hiciera en la Argentina con ese Foro. Ya se había concretado con éxito en varias ciudades y otros países.

Entonces el presidente del Consejo Pontificio de la Cultura (que había sonado como "papable") nos llevó a saludar al Papa, Kodama le entregó personalmente las Obras Completas de Borges, que el Pontífice tanto valora, y yo le pregunté si él estaba de acuerdo con que ese Foro y la Fundación Borges realizaran esa iniciativa vaticana en la Argentina y si él podría pensar en asistir, y contestó afirmativamente.

Gran parte de los temas giraron en torno a "Borges, misticismo y agnosticismo". Los debates se realizaron entre 2014 y 2018 en varias universidades de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, y luego se extendieron a España, a Madrid y Salamanca, con la participación de religiosos de distintas confesiones, agnósticos y ateos, catedráticos y empresarios (porque también abordaron el tema "economía del bien común).

En una de las sesiones, en la laica Universidad de Buenos Aires, Monseñor Víctor "Tucho" Fernández, especialista en teología, entonces Rector de la Universidad Católica Argentina, y ahora jefe de uno de los organismos más importantes de la Iglesia, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, se refirió a "Dios en Neruda y en Borges". 

Una de las tantas imágenes del célebre escritor argentino Jorge Luis Borges.

Afirmó que el sentido de lo divino en la obra del poeta chileno aparece especialmente ligado a su relación con la mujer. La sed de amor no sacia la sed divina y la mujer es la mediación para que aflore la sed de infinito, predicó. Digamos que no es nueva esa comparación. 

Otro poeta de izquierda, por ejemplo, el sacerdote Ernesto Cardenal, confesó que finalmente se entregó a Dios con la misma pasión con que lo hacía con bellas muchachas, creyendo que Dios saciará su sed de amor como no lo saciaron ellas.

Pero las poesías de Neruda le sirvieron a Tucho para considerar que "el hombre culto, ilustrado, aparentemente agnóstico, convive con una fe sencilla, que comparte el alma profunda del pueblo latinoamericano".

El fallecido Papa Benedicto XVI fue el creador del diálogo entre creyentes y no creyentes denominado "Atrio de los Geniles".

En Borges advirtió que el "agnosticismo" se acentúa, que su "búsqueda intelectual pone distancias frente al acervo religioso tradicional" y "al mismo tiempo insinúa una búsqueda personal de lo divino". 

Fernández explicó que los textos de Borges remontan a una búsqueda que utiliza un lenguaje negativo, donde se rechaza todo lo que pretenda encerrar a Dios en palabras trilladas y en expresiones demasiado obvias.

Y concluyó en que el pensamiento místico cristiano posibilita entrar en contacto con Dios, por un camino diferente al del conocimiento explícito.

"Puede haber una fuerte adhesión interior con un nivel escaso de conocimiento explícito o de instrucción religiosa, pero también puede estar muy desarrollada como inclinación", explicó, aludiendo a la búsqueda de los místicos de una unión en medio de una densa oscuridad, la llamada "teología negativa", citando a los santos Buenaventura, Juan de la Cruz, Tomás de Aquino y al Papa Benedicto XVI.

Seguramente su gestión al frente del organismo que custodia la doctrina apuntará no tanto a los conceptos, lo intelectual, el acervo tradicional religioso, el conocimiento y la instrucción religiosa, sino más bien al alma profunda de los pueblos, a revelar lo positivo de esa teología mística negativa, de la que puso como ejemplo a Borges y a Neruda.

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