Qué bombas de tiempo explotarán y cuáles se pueden desactivar
Sin duda que el Gobierno dejará unas cuantas bombas de tiempo, aunque no todas tendrán el mismo destino. Hay algunas que inevitablemente van a estallar y para las que el gran desafío es limitar el daño que puedan hacer. En este grupo están el tipo de cambio y las tarifas que en algún momento habrá que corregirlos y cuando se haga generarán las tan temidas ‘explosiones'.
Hay otras que tienen un diagnóstico reservado y que con buenas políticas económicas y con un poco de suerte se pueden desactivar. En este grupo están la deuda en pesos del Tesoro, las Leliqs y en menor medida la deuda en moneda extranjera. Por último, tenemos un conjunto problemas que más que bombas de tiempo son parte de la pesada herencia que dejará este gobierno, entre las que podemos incluir el déficit fiscal, la falta de reservas, la deuda que dejará el swap con China y que habrá que pagar, la pobreza, el estancamiento económico, la inflación y tantos otros temas.
El gran desafío es armar un programa económico que minimice el impacto de las bombas de tiempo que estallarán, evitar que estallen las que se puedan evitar para que la economía y la gente no sufra más costos que los necesarios y diseñar políticas para superar la pesada herencia.
Un dólar más calmo, pero con pronóstico reservado
Es sabido que el tipo de cambio actual es insostenible y que en algún momento habrá que corregirlo. El Gobierno está haciendo mil y una piruetas para postergar lo inevitable y lograr que el problema le estalle al próximo, pero en algún no se podrá seguir tapando el sol con las manos. Es posible que este gobierno pueda postergarlo con más controles cambiarios y algo más de fondos del swap con China y del FMI, aunque al costo de complicar a la próxima administración. Pero para ello los controles se tendrán que multiplicar y será necesario un acuerdo en que el FMI una vez más sea misericordioso con la Argentina y le dé algo de financiamiento.
También va a ser inevitable la suba de tarifas, que va a impactar en el bolsillo de la clase media y de las pequeñas y medianas empresas, con el costo político que estas medidas van a tener. Esta es la segunda bomba de tiempo que no hay forma de evitar que estalle y los esfuerzos del próximo gobierno tendrán que estar orientados a hacer un control de daños.
El impacto de estas dos bombas será sin duda un aumento en la inflación y un menor poder adquisitivo de gran parte de la población. Los equipos económicos de la oposición están ya pensando en medidas para aliviar a los sectores más vulnerables para que minimizar el impacto social de estas medidas.
Reservas bajas y sequía, las amenazas del 'plan aguantar'
En la segunda categoría están las bombas de tiempo que con astucia y con un plan integral se pueden desactivar. Si esto se logra será una gran victoria para el nuevo gobierno, porque además podrá mostrar que contra la mayor parte de los pronósticos que ven el estallido de estas bombas como inevitables, pudo lograr que no estallen.
Los ejemplos más claros son los de la deuda en pesos y de la deuda externa que han sido dos fuentes de constante fuente de preocupación. Los pronósticos de reperfilamiento de la deuda en pesos y de la restructuración de la deuda externa estuvieron y están a la orden del día. Ni que hablar de la bomba de Leliqs, que si bien es un problema pocos han sabido dimensionar la verdadera magnitud del mismo. Existe una tendencia a sobrestimar la magnitud de este problema, que lamentablemente no se entiende a fondo en parte porque la inflación distorsiona los números. Otros rápidamente saltan a conclusiones porque asocian esta coyuntura con el plan Bonex del ‘89 o con la bomba de las Lebacs que terminó en una crisis bancaria, sin entender que el problema de las Leliqs tiene características muy diferentes.
Hablar de reperfilamiento de la deuda en pesos se ha vuelto una rutina, de la que se habla con liviandad. Sin embargo, cuando se mira el tamaño de esa deuda con el sector privado (que es menos de 7% del PBI), no pareciera que hay un problema de sostenibilidad. Está claro que este gobierno ya tomó medidas para evitar un reperfilamiento. Pero los inversores miran el futuro y lo que esperan son señales tranquilizadoras de los referentes del próximo gobierno. Si esas señales llegan, muestran que hay una fuerte mejora en las cuentas fiscales y que se buscan opciones atractivas para refinanciar los vencimientos, lo más probable es que esta bomba se va a poder desactivar.
Dos planes antiinflacionarios similares que terminaron muy distinto
Algo similar pasa con la deuda externa. Curiosamente, y contrariamente a lo que se piensa el principal problema para este año y los que vienen es la falta de dólares. Está claro que los inversores esperan señales claras de que en el futuro cercano habrá superávit primario, y de que el país está dispuesto a hacer el esfuerzo para pagar la deuda. Desde un punto de vista práctico sería un grave error no hacerlo, porque la deuda externa con el sector privado representa menos del 15% del PBI, indicando que no hay un problema de solvencia, y que el principal obstáculo, una vez más, es de credibilidad. Con buenas políticas está bomba también se puede desactivar.
El tercer desafío es la herencia, que es pesada y requiere de buen diagnóstico, capacidad técnica y apoyo político para superarla. Lograr un superávit fiscal, bajar una inflación de tres dígitos, corregir las distorsiones en precios relativos, normalizar el comercio externo y dar una visión de esperanza sin duda va a ser difícil. Pero el próximo gobierno tendrá que hacerlo si queremos que la Argentina vuelva al sendero de crecimiento de largo plazo que perdió hace unas décadas.
Queda claro que el próximo gobierno enfrentará grandes desafíos para lidiar con la herencia y las bombas de tiempo, que sólo podrá superarlas con un buen diagnóstico, con capacidad técnica y con habilidad política para hacerlo. Dentro de este contexto será fundamental evitar que exploten las bombas de tiempo que se puedan desactivar.
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Raul Nieto
Una análisis que comparto, pero 2 afirmaciones muy claras de ejemplo la deuda del swaps con China deberá pagarse y no lo expone con el resto de las deuda donde habla de reperfilamiento o mas bondad del FMI y superávit fiscal evitando expresar la palabra bajar el gasto, ese monto gigantesco que permite a la clase gobernante cuyos apellidos llevan años ejerciéndolo a vivir de millonarios con la pobreza de millones y la decadencia que padecemos