Mas desregulación es más democratización
Mucho se ha hablado en estos días y mucho se seguirá hablando sobre la ola de desregulaciones implementadas por el Gobierno. Está claro que siempre que se patea el tablero, lo primero que aparece es la resistencia al cambio, cómo se verá afectada la actividad, las dudas sobre la calidad del servicio y la "amenaza" para aquellos jugadores ya establecidos, ante la entrada de nuevos players.
Una de las áreas que se ha desregulado recientemente es el sector turístico, el que es visto por el Gobierno como un motor fundamental en la recuperación económica y en la generación de nuevo empleo.
Como decíamos, la primera reacción ante un cambio, aun antes de analizar si el mismo será beneficioso o no, será siempre, siempre, y esto es norma: la resistencia. Para que cambiar si estamos bien. La pregunta será entonces: ¿estamos bien? Lo que nos lleva a pensar también: ¿no podríamos estar mejor? ¿Por qué no pensar que los cambios son para mejor?
Entonces escucharemos sobre competencia desleal, informalidad y otros mitos que más allá de no ser ciertos, caerán solo con el paso del tiempo, porque la realidad es una sola y no se puede ir contra el viento. ¿Alguien hoy día pondría en duda los beneficios de democratizar el comercio o las finanzas? ¿Alguien pondría en duda empresas como Mercado Libre o algunas billeteras digitales, solo por poner algún ejemplo? Ir contra el cambio no es una buena idea, porque tarde o temprano ocurrirá de todos modos. Lo mejor es estar preparados.
La democratización es siempre más competencia, más trabajo, más empleo, más servicios y la mayor competencia, trae siempre beneficios indiscutibles. Nos obliga a prestar mejores servicios a un costo más competitivo.
Abrir el juego a nuevos jugadores, democratizando y facilitando el acceso no significa tampoco hacerlo sin las herramientas necesarias, todo lo contrario. Está claro que los nuevos players deben ser capacitados para poder contribuir en este círculo virtuoso.
Hemos tenido la experiencia de acceder a la capacitación de Ricale Academy para emprendedores turísticos, donde más allá de las herramientas necesarias y contenidos, se comparten también experiencias. El emprendedor turístico es empoderado a introducirse en la actividad contando con el apoyo de una empresa con experiencia que opera en el mercado por años, derribando aquellos mitos y agregando valor al sector.
Ir contra el cambio no es una buena idea, porque tarde o temprano ocurrirá de todos modos. Lo mejor es estar preparados.
Recientemente, participamos en la Feria Internacional de Turismo en el Panel "Calidad, Educación y Empleabilidad en la Intermediación de Servicios Turísticos" junto con profesionales y funcionarios del Gobierno de la Ciudad y de Nación, pudimos contar nuestra experiencia como emprendedores turísticos y compartir nuestra visión.
Asimismo, se debatieron importantes cuestiones tales como los desafíos en términos de calidad en la intermediación de servicios turísticos, la inclusión y diversidad dentro del sector y fundamentalmente como mejorar la empleabilidad.
Tenemos la posibilidad de contribuir con nuestro pequeño granito de arena a que el sector crezca. Solo depende de animarnos.
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