La reconversión laboral del sector bancario
En la Argentina, la cantidad de personas con cuentas bancarias ha alcanzado los 35,7 millones, acercándose al nivel de cobertura plena de la población adulta.
A medida que aumenta el acceso, también se profundizan las disparidades entre aquellos usuarios que adoptan la tecnología financiera como una mejora y aquellos que la experimentan como una dificultad.
Los últimos progresos tecnológicos en el sector bancario-financiero plantean desafíos tanto para los usuarios externos, es decir, los clientes, como para los internos, representados por los empleados.
En este contexto, la inclusión financiera juega un papel esencial en la reconfiguración laboral de los trabajos relacionados con las sucursales bancarias y las áreas centralizadas, lo que requiere una reflexión profunda sobre la función y la posición de estas entidades en relación al desarrollo de carrera de los empleados y las nuevas tareas que emergen producto del impacto de la transformación digital en el sector.
Reskilling: la clave para la reconversión
La reskilling, o reentrenamiento laboral, surge como una respuesta necesaria ante la automatización y digitalización creciente en el sector financiero.
Aquellos puestos de trabajo tradicionales, que hoy corren el riesgo de volverse obsoletos, pueden transformarse en roles especializados que sirvan a los nuevos modelos de negocios impulsados por la tecnología.
La adopción de tecnologías como la inteligencia artificial, la cadena de bloques y la analítica de datos está revolucionando la forma en que operan las instituciones financieras.
Puestos de trabajo enfocados en tareas rutinarias podrían ser sustituidos por roles que demanden habilidades más analíticas, estratégicas y orientadas a la innovación.
En paralelo, la transformación del sector financiero brinda la oportunidad única de promover la inclusión financiera y la alfabetización digital.
A pesar de los avances, aún existen poblaciones en nuestro país que luchan por incorporarse a la era digital y comprender las complejidades del sistema financiero. Es en este punto donde los nuevos puestos de trabajo pueden desempeñar un papel crucial.
La creación de roles dedicados a la educación financiera y digitalización puede contribuir significativamente a cerrar la brecha existente. Estos profesionales serían responsables de guiar a personas y pequeñas empresas, asegurando que no queden rezagadas en un mundo cada vez más impulsado por el dinero digital.
La inclusión genuina como meta compartida
La inclusión financiera va más allá de brindar acceso a servicios bancarios; implica capacitar a la población para que pueda utilizarlos de manera efectiva y comprender las oportunidades que ofrece la era digital.
Los nuevos puestos de trabajo, entonces, no solo serán impulsores de la innovación, sino también agentes de cambio social, garantizando que nadie quede excluido de los beneficios que la revolución digital puede aportar.
La reconversión laboral en el sector financiero no solo es una necesidad ineludible ante los avances tecnológicos, sino también una oportunidad para construir una sociedad más inclusiva y preparada para el futuro digital.
La reskilling y la creación de nuevos puestos enfocados en la inclusión, innovación y educación financiera son piezas clave para garantizar que la transformación sea genuinamente beneficiosa para todos, brindando acceso a oportunidades y empoderando a la población en el uso responsable del dinero digital.
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