La encrucijada radical: triunfos provinciales, desafíos nacionales
Aun en un contexto de impugnación a la política tradicional, la UCR transita una temporada de festejos. La victoria de Alfredo Cornejo este domingo en Mendoza es una muestra más del sólido desempeño del partido en las elecciones provinciales y, al mismo tiempo, alumbra una recuperación territorial destacable. Sin embargo, este éxito local también expone un desafío pendiente: en el último tiempo no ha logrado consolidar una figura presidenciable que refleje su visión y liderazgo a nivel nacional.
La UCR es el partido con mayor trayectoria y abolengo en la historia argentina. Desde aquella fractura que le dio su origen, entre Bartolomé Mitre y Leandro N. Alem, han pasado 132 años. En esa larga existencia ha ocupado distintos niveles de protagonismo en nuestra vida pública, con momentos de liderazgo memorables y otros olvidables. Incluso dentro de esos vaivenes logró perpetuar uno de sus rasgos distintivos: una estructura formal de organización partidaria que define la suerte de sus dirigentes, basada en su inserción territorial casi capilar. Alrededor de eso se posicionan una serie de rituales y símbolos (la marcha radical sonó fuerte en Chaco) que dotan a sus militantes de una identidad: una estructura narrativa, de sentido y de cohesión.
El triunfo en Mendoza no es un hecho aislado para el radicalismo: conserva una provincia que controla hace ocho años y continúa una serie de conquistas en otros distritos, ampliando una base territorial que hasta superaría por lejos a la del PRO. La UCR pasará a controlar cinco provincias que agrupan al 20% de los argentinos. Maxi Pullaro desde Santa Fe y Leandro Zdero en Chaco vienen a reforzar la ‘línea de 3' que sostuvo al radicalismo estos últimos años en Corrientes (con Gustavo Valdés), Mendoza (con la vuelta de Cornejo) y Jujuy (ya sin Gerardo Morales pero con su ‘delfín', Carlos Sadir). El partido radical se ha vuelto una condición necesaria, aunque no suficiente, para lograr victorias a nivel local. Durante la última década, ha dependido en gran medida del respaldo de sus aliados de coalición en las elecciones provinciales.
La energía puesta en la grieta
Desde abajo hacia arriba, las heridas del 2001 fueron sanando lentamente para el partido. Logró ampararse en muchos intendentes que mantuvieron prendida la llama de la ‘radicalidad' asociada a la gestión, mientras que en el ámbito parlamentario la UCR retuvo una importante presencia en ambas cámaras del Congreso Nacional y en las legislaturas.
Sin embargo, todavía quedan varias asignaturas pendientes, fundamentalmente tres: construir una candidatura presidencial realmente competitiva y recuperar peso tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires. Focalizaremos en la primera, aunque resulta clave advertir que por razones demográficas, políticas y culturales, los presidenciables suelen provenir del AMBA.
En lo que va del siglo, el radicalismo careció de candidaturas presidenciales competitivas. La experiencia en el ciclo electoral actual es una muestra cercana de la dificultad para abordar semejante desafío. Morales, líder del partido, fue precandidato a vicepresidente de Horacio Rodríguez Larreta y cayó derrotado en las primarias. Luis Petri, hasta ahora una figura secundaria tanto dentro del partido como en la coalición, es el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio (JxC). Su papel en la campaña quedó parcialmente relegado por la irrupción de Carlos Melconian como potencial superministro de economía de Patricia Bullrich. Por último, Facundo Manes se había lanzado a la carrera presidencial, pero no encontró espacio para su mensaje y se bajó antes del cierre de listas, no sin antes mostrar su descontento con el rol de reparto que el radicalismo asumió en la contienda nacional.
Preferencias estables a pesar de las turbulencias políticas
Deben mencionarse también algunas otras carencias dentro del radicalismo. En primer lugar, hay una ausencia de mujeres en roles de gestión ejecutiva. Ninguno de los gobernadores radicales entrantes ni salientes son mujeres. En el Congreso, los presidentes del bloque en Diputados y el Senado son también hombres (Mario Negri y Luis Naidenoff, respectivamente). Si bien esta es una tendencia que se repite en otros partidos, la UCR se encuentra un paso por detrás en el desafío de romper este ‘techo de cristal'. En segundo lugar, observando la formación de sus mandatarios provinciales, si bien hay un pluralismo (Pullaro y Cornejo son politólogos, Valdés es abogado, Sadir y Morales son contadores públicos y Zdero es arquitecto), faltan perfiles de gestión (ingenieros, empresarios, incluso economistas).
Más allá de figuras como las de Alfonso Prat Gay o la de Martín Lousteau, y de economistas cercanos al espacio como Marina Dal Poggeto o Eduardo Levy Yeyati, el radicalismo cayó preso de un problema general a todo JxC: el trabajo de las fundaciones partidarias (Alem, Pensar, etc.) no se tradujo en un programa económico claro, comunicable y adecuado a la crisis que vive el país.
Primeras reflexiones sobre el cierre de listas
Afinar estas cuestiones es un enorme desafío para un radicalismo que tiene la oportunidad de aumentar su protagonismo en la política nacional. Esta proyección se convierte en una necesidad en virtud de las evidentes tensiones internas que vive JxC. En el seno del PRO hay muchos tentados con el mensaje liberal/libertario, comenzando por el propio Mauricio Macri. En contraste, los principales referentes de la UCR se oponen a respaldar a Javier Milei, con quien han tenido fuertes cruces en los últimos meses. Morales comentó tras su derrota en las PASO que hay que tener "cuidado con los cantos de sirena y saltar al vacío".
La capacidad de la UCR de construir uno o varios referentes nacionales propios determinará el potencial del partido en los próximos tiempos. La nueva ‘línea de 5' gobernadores radicales, sumado a otros referentes legislativos destacados, sientan una buena base para realizar esa búsqueda interna que les permita terminar de consolidar nuevamente al partido en el centro de la escena política.
WALTER LUIS RODRIGUEZ
Jxc no tiene plan sustentable? En que te has convertido berestein...dado tu desconocimiento en temas economicos, te sugiero asesorarte antes de rifar tu prestigio en escribir algo asi. Me dio verguenza ajena leerte
Raúl TrÃboli Pisi
Me parece, debería agregarse que, asi como los radicales no respaldan a Macri, si lo hacen con Massa, Insfran, Quintela, Zamora (ex-radical) y Manzur, tal como quedo demostrado en la foto tomada en Gral. Güemes-Salta hace muy pocos dias