Zoom de Finanzas

Importaciones récord avivarán el debate político sobre las reservas

La falta de dólares en la economía y para sumar reservas que den sostenibilidad a la economía y también capacidad de pago de la deuda ponen en tensión a la política.

Cerró mayo con una magra guarda de dólares en las reservas internacionales. Hubo liquidación histórica de divisas del sector agroindustrial con una cosecha récord.

El BCRA cerró mayo con la mayor venta diaria de dólares del año 

El dólar blue borra la baja inicial y cierra el mes al alza

Habrá que agradecérselo al griego Ares o al ruso Putin, dioses de la guerra, o a Ceres, regente romana de la agricultura, por el suelo, el paquete tecnológico del campo y la disposición de los productores por el virtual empate con las importaciones y saldo positivo en las arcas del Central.

  Por las dudas, a cada santo una vela.  

Durante mayo se habría registrado el récord histórico de importaciones. Sin los datos definitivos, la Aduana habría contabilizado más de u$s 7500 millones, una cifra que supera el récord anterior alcanzado en agosto de 2011.

No lo verán así en la interna política oficial, donde sin barnices místicos brillará el balance y las odiosas comparaciones con la performance de un año atrás: este mayo el saldo de operaciones del BCRA en el mercado fue de u$s 784 millones, u$s 1305 millones menos que los u$s 2089 millones del de 2021.

Detrás de ello, el dato de la limitación que implica para el ejercicio de políticas.

La magra cosecha de dólares avivará una inconveniente interna política sobre el uso de las reservas.

¿Se podrán abstraer estos números, fuertemente influidos por las erogaciones para comprar energía de las pujas internas en el Gobierno en torno de la política de subsidios y del retraso del gasoducto Néstor Kirchner?

Hoy también empezarán a analizarse otros números. Según pudo saber El Cronista, durante mayo se habría registrado el récord histórico de importaciones. Sin los datos definitivos, la Aduana habría contabilizado más de u$s 7500 millones, una cifra que supera el récord anterior alcanzado en agosto de 2011.

El cepo bueno

Del lado de la fortuna, el último cepo aplicado por el BCRA obligó a los importadores a financiar a 180 días gran parte de los pagos al exterior y morigeró los efectos de esa avalancha.

Cerca, el Gobierno tendrá que afrontar la evaluación de las metas con el FMI. Tendrá que meter las reservas en el combo de pedidos de perdón junto con las metas fiscales.

Las de emisión se han vuelto complicadas de cumplir tras los adelantos al Tesoro de abril y mayo.

Escucharemos nuevos llamados a cortar la sangría de dólares de la importación, al pago de deudas y nuevas incógnitas acerca de a quién y por dónde cortar sin ahogar la actividad, sin provocar más recesión.

Quedan un par de cartas para jugar en esa negociación. Del objetivo de reservas acumuladas deben restarse los desembolsos de organismos internacionales que no se hubieran concretado, aseguran. Por otro lado confían en cierta flexibilidad del Fondo. Esperan que pidan acciones para corregir los desvíos, apenas.

En ese paquete, el BCRA ya impuso la reprogramación de pagos de importaciones. Y, como anticipó ayer El Cronista, también mantendrá para 2023 la obligación de las empresas de reprogramar 60% de los pagos de deuda.

El debate político se reavivará en los próximos días y repondrá la lupa sobre las erogaciones corporativas y el carácter de las importaciones que están debilitando el margen de maniobra del Central.

Escucharemos argumentos sobre la compra de energía, la reactivación de la producción. Y también sobre las intenciones de cerrar más el grifo de los dólares. 

Y nuevas incógnitas acerca de a quién y por dónde sin ahogar la actividad, sin provocar más recesión

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