Garantizar el abastecimiento energético del norte argentino: retos y alternativas
En un escenario energético marcado por desafíos constantes, el norte de Argentina enfrenta una encrucijada crucial para satisfacer su demanda de gas natural. Las soluciones no son simples, y requieren una cuidadosa planificación y coordinación tanto a nivel nacional como internacional.
La demanda energética del norte argentino asciende a aproximadamente 16 millones de metros cúbicos por día (MMm3/día), mientras que la producción actual en la cuenca Noroeste alcanza solo los 4 MMm3/día. Esta discrepancia entre oferta y demanda ha llevado a una dependencia significativa de las importaciones. Pero, ¿cuál es el panorama futuro?
A partir de junio 2014, el contrato con Bolivia, una de las principales fuentes de importación, se vuelve interrumpible, lo que significa que no hay una obligación contractual para abastecer a nuestro mercado. Este es un desafío adicional para la región, que ya enfrenta una brecha entre oferta y demanda.
El problema no radica únicamente en la demanda domiciliaria, sino especialmente en la generación eléctrica de las centrales térmicas en Salta y Tucumán. Ante esta situación, se barajan varias alternativas.
La primera es la transición a gasoil en las centrales térmicas donde sea factible, además de aumentar las importaciones eléctricas desde países vecinos como Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, estas soluciones no son suficientes por sí solas. Se requieren gestiones adicionales a nivel internacional, como el planteamiento de un swap (intercambio) con Brasil para reducir el riesgo de cortes de suministro desde Bolivia. Es importante destacar que el abastecimiento estaría sujeto a las necesidades de Brasil, dada la prioridad de su contrato con Bolivia.
Otra opción es la importación de Gas Natural Licuado (GNL) desde el norte de Chile. Pero esta alternativa también tiene limitaciones, especialmente en lo que respecta a la capacidad nominal de regasificación de la planta de Mejillones, ubicada en la región de Antofagasta, que se rigen bajo la modalidad "Terminal Use Agreement", lo que implica que Argentina debe encargarse del proceso de compra del cargamento de GNL y su posterior entrega en la terminal. Una vez regasificado, el gas se entrega en el gasoducto Norandino para su transporte.
Estas alternativas no solo requieren una planificación meticulosa, sino también gestiones gubernamentales y la elaboración de contratos que garanticen un suministro constante y confiable. Además, es crucial estar atentos a las fluctuaciones del mercado internacional de GNL, ya que cualquier escalada en conflictos geopolíticos podría impactar negativamente en los precios y comprometer las reservas disponibles para importaciones.
Actualmente, se están llevando a cabo importantes obras de infraestructura para fortalecer el suministro de gas en la región, la reversión del Gasoducto Norte. Estos trabajos incluyen la construcción de gasoductos paralelos, un tramo de gasoducto nuevo de 22 km de Rio Pujio- La Carlota y la reversión del flujo en las plantas compresoras existentes, lo que permitirá un mejor flujo bidireccional de gas, crucial para garantizar la flexibilidad del sistema y evitar cortes en el suministro.
El presupuesto para estas obras se ha actualizado significativamente, reflejando la importancia estratégica de garantizar el abastecimiento energético en la región. Aunque se espera que las obras adjudicadas se completen dentro de los plazos establecidos, con un enfoque en la eficiencia y la calidad del trabajo realizado, la demora razonable por el cambio de gobierno, requerirá plantearse soluciones ingeniosas como las mencionadas.
La construcción de los ductos y la reversión de las plantas se habían licitado inicialmente como parte de un único renglón, pero la decisión de la nueva gestión fue separarlas para poder simplificar la operatoria y acelerar los plazos. Finalmente, la empresa estatal Energía Argentina recibió esta semana las tres ofertas en la licitación pública internacional que llevará adelante las obras de reversión de las cuatro plantas de compresoras del Gasoducto del Norte.
El desafío de garantizar el suministro energético en el norte de nuestro país requiere un enfoque integral que incluya tanto medidas a corto plazo para abordar las necesidades inmediatas, como inversiones a largo plazo en infraestructura y diversificación de fuentes de suministro. Solo a través de una planificación cuidadosa y una cooperación internacional efectiva se puede asegurar un suministro de energía confiable y sostenible para la región.
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