Evitar peleas estériles, una regla que también vale para la economía
Una crisis es un episodio que tiene principio y tiene fin. La economía argentina ha padecido varias, pero nadie aspira a que se repitan de manera crónica. Por eso cada sector de la sociedad se manifiesta de la manera que lo cree conveniente para alejar ese riesgo y poner a resguardo sus intereses.
Facundo Gómez Minujín, el titular de la Amcham, dijo el martes en la apertura de un evento al que asistieron funcionarios, empresarios y referentes políticos, que el país estaba "navegando en un banco de niebla" y que si no se encontraba la forma de corregir problemas evidentes como la falta de dólares que provocó la sequía, entre otros, la coyuntura podía quedar "al borde de una nueva crisis".
La portavoz de la Casa Rosada, Gabriela Cerruti, salió a cruzarlo desde su atril. "Quien dijo eso no es un sector que invierte en la Argentina, fue un señor del JPMorgan (Minujín es su CEO regional) que tiene que ver con la banca financiera y con las consultoras, que fueron parte del gobierno de Mauricio Macri y de su debacle".
La funcionaria se apoyó enotras variables económicas para cuestionar las críticas de los "agoreros" que buscan "hacer su negocio". Destacó que sectores como la industria y la construcción muestran crecimiento, y que las tasas de desempleo son las más bajas en años. Sobre la inflación, señaló que más allá de que haya alcanzado una variación anual superior al 100%, el problema lo padecen más los sectores informales con ingresos inferiores a esa cifra.
La realidad de la que habló Minujín no es un invento. Si lo fuera, Sergio Massa, ministro de Economía, no se hubiera sentado a conversar con él en el final del Summit para tratar de mostrar el escenario que ve el gobierno y las fórmulas a las que está apelando para corregirlo. Ninguna es mágica, ni de efecto inmediato. Con lo cual, lo más importante por estos días es mantener un rumbo (que continúa atado al progreso del programa con el FMI) y no sacudir el horizonte con polémicas cortoplacistas. El propio Massa alienta esta perspectiva, al sostener que el gobierno no puede "perder el tiempo en internas estériles".
Es poco probable que JPMorgan le devuelva el gesto a Cerruti, aunque podría hacerlo. El banco contrató a 1200 empleados el año pasado, y espera continuar esta tendencia en 2023, para hacer crecer el centro de servicios corporativos con el que atiende, desde Buenos Aires, a clientes de todo el mundo. Su meta es tener 3500 personas en su nómina. Mueve capitales financieros, desde ya, pero también invierte. La economía necesita que cada uno atienda su juego.
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