Bullrich pierde fuerza en la interna del PRO gracias al estilo destructivo de los Milei
Lo que iba a ser una avalancha, se quedó en un vientecito. Eso parece haber sido el quiebre del PRO entre Patricia Bullrich y Mauricio Macri, en el que el último se quedó con el 90% de los dirigentes, casi todos los intendentes y la totalidad de los gobernadores que se referencian en el partido que, también, puede quedar en un apéndice libertario.
En la legislatura nacional, a pesar de haber varios que se reconocen bullrichistas de la primera hora, nadie sacó los pies del plato y siguen bajo las órdenes de Cristian Ritondo, el presidente del bloque de diputados nacionales que hace un mes ya no habla con quien era su referente hasta ayer nomás.
Al parecer, la autora del Si no es todo, es nada, se está quedando con poco. Ninguno de los tres candidatos a gobernadores que tenía previo a las PASO se referencia más con ella. Néstor Grindetti está con Jorge Macri y, por relación directa, con Mauricio. Cristian Ritondo encabezó, y en esto no tiene nada que ver su apodo natural, la asonada que desplazó a Daniela Reich de Valenzuela de la presidencia interina que ejercía desde el año pasado cuando su titular, el actual alcalde porteño, decidió candidatearse en la Ciudad de Buenos Aires. Y Joaquín De la Torre cerró una etapa el día que Bullrich eligió a Grindetti.
De la Torre y Valenzuela, en diferentes momentos, tomaron nota que su presencia en Juntos por el Cambio y el PRO en particular no tenía más destino. El senador de San Miguel fue el primero que vio el aluvión de Javier Milei cuando nadie lo tomaba en cuenta. No sólo le prestó su estructura partidaria para que hiciera pie ante la Justicia Electoral hace algunos años, sino que también se sumó decididamente a las Fuerzas del Cielo al permitir que su hermano, Pablo, fuera secretario de Niñez y Familia con la ministra Sandra Pettovello.
Hace dos meses, inclusive, no solo rompió con el bloque de Juntos y previo armado de la Derecha Popular terminó incorporándose al monobloque de La Libertad Avanza que solo estaba compuesto por el reemplazante de Sebastián Pareja, Carlos Curistis. Lo mismo hizo en la Cámara Baja provincial Juan Esper. Ahora ambos se volverán a correr de ese lugar luego del escandaloso episodio de Capital Humano, que será relatado con profundidad párrafos más abajo.
En cuanto a Valenzuela, por múltiples motivos, sus socios del PRO nunca lo tomaron como propio. El intendente de Tres de Febrero siempre sintió que lo trataban como a un paria dentro de una familia real. "Todos cortaban boleta, pero como ganó, se la facturan como un traidor", se escuchó cerca del jefe comunal que inició su camino en el gobierno porteño cobijado por Emilio Monzó y fue uno de los jefes de los equipos técnicos, en 2009, de Francisco De Narváez, cuando le ganó a Néstor Kirchner y su famosa lista testimonial.
De relación directa con Milei, quizás el intendente no tenía la necesidad de irse raudamente tras la propuesta de Bullrich y la ruptura del PRO para fusionarse con La Libertad Avanza. Si no fuera por su presencia en el PRO Libertad, poco o nada podría haber mostrado la actual ministra de Seguridad, que ahora está tomando represalias con quienes no la siguieron. Varios intendentes de su antiguo partido vieron cómo, de pronto, las fuerzas de seguridad de la Nación desaparecieron de sus localidades. "Actúa igual que Kicillof", le imputan quienes, inclusive, trabajaron con ella en la campaña contra Horacio Rodríguez Larreta.
El que quedó como hijo de padres separados en esta puja es Ramón Lanús, el intendente de San Isidro que pudo sortear un putch en el Concejo Deliberante promovido por su antecesor, Gustavo Posse, con respecto del aumento de las tasas que realizó. El jefe comunal, no obstante, ha sabido sobrellevar el divorcio de quienes más lo apoyaron para ganar el municipio en la única interna en la que un retador le ganó al intendente en Juntos por el Cambio al recibir a Mauricio Macri, hace más de un mes, y Patricia Bullrich, junto con Sebastián Pareja, el armador libertario, la semana pasada.
Sin embargo, las fugas del PRO hacia el bullrichismo las paralizó el propio gobierno al romper cualquier tipo de relación política con De la Torre. "Si le hacen eso al ex gordo, ¿qué nos harán a nosotros?", se preguntó un intendente que ya había empezado a armar las valijas hacia el liberalismo anárquico.
Efectivamente, lo que pasó en Capital Humano no tiene antecedentes en los anales de la historia política. Aunque Milei viene a ser un "topo" en el Estado y dice trabajar para dinamitarlo, como Alberto Fernández terminó haciendo con el kirchnerismo, según Alejandro Borenstein, la impericia de su ministra y protegida fue total.
En medio del escándalo por el acopio de comida que debía dársele a los comedores barriales, Pettovello elevó la apuesta acusando a Pablo De la Torre de no haberle informado que existían alimentos para repartir. Y, acto seguido, lo expuso como el jefe de una banda delictiva que utilizaba los contratos de la Organización de Estados Iberoamericanos, OEI, para armar contratos fantasmas y constituir una caja política.
El convenio con la OEI lo armó y firmó la ministra luego de hablarle al presidente Milei. Ella no hace nada sin su consentimiento. Lo hizo luego de la primera crisis que la hizo presentar su renuncia porque, efectivamente, no le permitían incorporar gente a su híper ministerio. Todas las secretarías a su cargo, Minoridad y Familia, Cultura, Educación y Trabajo tienen empleados y directores que reciben un pago gracias a ese acuerdo.
Lo que fue más llamativo fue la llegada al corazón de Pettovello de Leila Gianni, una militante kirchnerista que, luego de su ruptura sentimental con Alberto De Maio, ex jefe de gabinete de Victoria Tolosa Paz en su paso por Desarrollo Social, se transformó en denunciante de su ex pareja y de su jefa y, además, arremetió contra De la Torre, con quien la actual ministra ya casi no hablaba.
En la influencia de Gianni, además, algunos ven otras conspiraciones, como la pelea entre dos viejos rivales de los servicios de inteligencia. Gianni, a través de relaciones personales, conecta con el ex SIDE Fernando Pocino, enemigo íntimo de Antonio "Jaime" Stiusso, un nuevo habitué del oficialismo libertario. Pettovello sabía que tenía alimentos en sus galpones porque uno de los suyos y también expulsado, Marcelo Basilota, se lo había anoticiado el 31 de enero.
En otro mini escándalo, por la que también "volaron" los funcionarios responsables, la ministra no pudo aún habilitar Tecnópolis, dependiente de Cultura. Sus tropiezos ponen en jaque, además, el andamiaje político territorial en la principal batalla que pretende dar Milei, que es la que tiene contra "el comunista" Axel Kicillof. Para el presidente, esa es la mayor coincidencia con Macri, ambos deben converger en 2025 para juntos competir contra el kirchnerismo.
¿Por qué complica la ministra a su jefe y amigo y también a los armadores? Porque nadie se quiere acercar a dialogar para un acuerdo con quienes siempre lo están rompiendo. Los del ala política, compuesta por Eduardo Lule Menem, Sebastián Pareja, Lisandro Catalán y el ahora empoderado Guillermo Francos, saben que les será muy difícil tender puentes mientras se rompen los que ya estaban construidos y afianzados desde hace tiempo.
Compartí tus comentarios