La "hormona del buen marido" que cautiva a los científicos: por qué la liberan los más fieles
Cómo funciona esta poderosa hormona y por qué los científicos la asocian con el amor y la lealtad.
El amor, ese fenómeno que nos conecta y nos impulsa a formar lazos, no solo se basa en emociones, sino también en complejos procesos biológicos. Hormonas como la oxitocina y la dopamina están involucradas en la atracción y el apego, pero hay una hormona en particular que juega un papel clave en la fidelidad y el compromiso: la vasopresina.
La vasopresina, una hormona que históricamente ha estado asociada con el equilibrio de agua en el cuerpo, ha ganado popularidad en los últimos años debido a su papel en el comportamiento social y emocional, particularmente en las relaciones de pareja. Conocida en algunos círculos como "la hormona del buen marido", la vasopresina desempeña un papel fundamental en la fidelidad, el compromiso y las conexiones emocionales, lo que ha llevado a los investigadores a explorar cómo influye en nuestros vínculos y comportamientos.
La hormona del buen marido: ¿qué es la vasopresina y cómo funciona?
La vasopresina, también conocida como hormona antidiurética (ADH, por sus siglas en inglés), es una hormona peptídica producida principalmente en el hipotálamo y liberada a través de la glándula pituitaria. Su función primaria está relacionada con la regulación del agua en el cuerpo, ya que ayuda a conservar el agua en los riñones y promoviendo la reabsorción de agua hacia el torrente sanguíneo.
Sin embargo, además de esta función fisiológica crucial, la vasopresina también tiene un impacto significativo en el comportamiento social y emocional de los seres humanos, especialmente en el contexto de las relaciones interpersonales.
La vasopresina y el romance
En el ámbito de las relaciones amorosas, la vasopresina ha sido vinculada a la formación de lazos emocionales y a comportamientos que fomentan la lealtad y el compromiso. La vasopresina es una de las hormonas clave para la fidelidad de pareja, un fenómeno que ha ganado la atención de los investigadores interesados en los aspectos biológicos de la monogamia humana.
La relación entre la vasopresina y la fidelidad se observa especialmente en los estudios sobre animales monógamos, como las ratas de campo y ciertos primates. En estas especies, se ha descubierto que la liberación de vasopresina en el cerebro está estrechamente relacionada con el comportamiento de cuidado paternal y la vinculación con la pareja. En los seres humanos, se cree que la vasopresina actúa de manera similar, ayudando a fortalecer los lazos afectivos y promoviendo el deseo de mantener una relación estable.
Uno de los hallazgos más interesantes en este campo proviene de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Emory, quienes observaron que niveles más altos de vasopresina en hombres estaban asociados con un mayor comportamiento protector y comprometido hacia su pareja. Este tipo de comportamientos, como la disposición a cuidar de la familia y a mantener la estabilidad en la relación, son características que algunas culturas han relacionado con el arquetipo del "buen marido".
¿Cómo se genera la vasopresina?
La producción de vasopresina comienza en el hipotálamo, una región del cerebro que juega un papel crucial en la regulación de diversas funciones fisiológicas y emocionales. Desde allí, la hormona viaja a través de las fibras nerviosas hasta la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro. Una vez en la pituitaria, la vasopresina es liberada al torrente sanguíneo, desde donde puede ejercer sus efectos tanto en los riñones (para regular el agua) como en el cerebro, donde influye en las interacciones sociales.
Los niveles de vasopresina pueden verse influenciados por varios factores, como la hidratación del cuerpo, el estrés, las experiencias emocionales intensas y los vínculos afectivos. Se ha observado que el contacto físico, las interacciones sociales positivas y el establecimiento de lazos emocionales con una pareja o familia también pueden incrementar la liberación de vasopresina, lo que a su vez podría contribuir al fortalecimiento de las relaciones y al comportamiento de cuidado mutuo.
Más allá de lo sexual: así se libera la vasopresina
A diferencia de otras hormonas relacionadas con la atracción física, como la dopamina o la oxitocina, la vasopresina está más vinculada a la construcción de lazos duraderos y a la creación de un sentido de responsabilidad hacia los demás.
En términos sencillos, esta hormona favorece la estabilidad y el compromiso a largo plazo, no solo en el contexto sexual o reproductivo, sino también en las relaciones sentimentales.
1. Momentos de cuidado y apoyo mutuo
En cualquier relación, la vasopresina se libera en momentos en los que una persona muestra apoyo o cuidado por la otra. Esto puede ocurrir de diversas formas:
- Cuidar a la pareja cuando está enferma o pasando por un mal momento. La hormona se libera cuando hay una muestra de preocupación y protección hacia el otro, lo que refuerza el vínculo emocional.
- Ayudar en una tarea o situación complicada. Ya sea ayudando a una persona a resolver un problema o apoyándola durante un estrés laboral o personal, esos momentos de "apoyo activo" pueden liberar vasopresina y fortalecer el sentido de compromiso.
2. Momentos de confianza y vulnerabilidad
La vasopresina también está vinculada a la creación de confianza. En momentos en los que dos personas comienzan a conocerse y deciden abrirse emocionalmente, compartir detalles personales o vulnerables puede generar una liberación de vasopresina. Este tipo de interacción emocional, que implica compartir miedos, sueños o experiencias difíciles, favorece la conexión y la cercanía, estableciendo un lazo más profundo.
- Hablar de experiencias pasadas significativas o emociones profundas (como miedos, pérdidas familiares, etc.) crea un espacio de vulnerabilidad y confianza mutua, lo que desencadena la liberación de vasopresina.
- La vasopresina también se ha relacionado con la creación de un "sentido de pertenencia" o la sensación de que una persona es parte integral de la vida de la otra.
3. Interacciones no sexuales pero íntimas
Aunque la vasopresina está relacionada con la fidelidad en relaciones sexuales, su liberación también ocurre durante interacciones físicas no sexuales pero afectivas y profundas:
- Abrazos prolongados, caricias o tomarse de las manos en momentos de consuelo o cercanía emocional. Estos gestos de contacto físico refuerzan el sentido de apego y conexión.
- El contacto visual intenso durante una conversación profunda, cuando se establece una conexión emocional que va más allá de lo superficial, también puede activar la liberación de vasopresina.
- Conexión: las conversaciones profundas son clave para esta hormona más allá de la proximidad física. Incluso en relaciones a distancia, la vasopresina puede influir en el fortalecimiento de los lazos emocionales, siempre que haya una conexión constante y significativa. En estos casos, la hormona ayuda a mantener la fidelidad emocional y el apego, independientemente de la distancia geográfica.
4. Momentos de éxito y felicidad compartida
Las experiencias compartidas de alegría, logros o momentos felices también pueden activar la vasopresina. Estos momentos refuerzan el sentido de "compañerismo" y la unión emocional entre las personas:
- Celebrar juntos un éxito importante (como un ascenso, la finalización de un proyecto o un logro personal) genera un sentido de vinculación, ya que se comparte la alegría y el orgullo, lo que refuerza el apego emocional.
- Viajes o actividades que requieran cooperación mutua, como hacer un proyecto en pareja, cocinar juntos o viajar a un lugar especial, crean recuerdos emocionales que activan la vasopresina.
5. Rituales de conexión diaria
En relaciones más consolidadas, la rutina diaria y los pequeños gestos cotidianos pueden generar liberación de vasopresina:
- Desayunar juntos o compartir un espacio tranquilo en la noche antes de dormir, donde haya interacción emocional o física (como tomarse de las manos o simplemente hablar de cómo fue el día).
- Cuidar los pequeños detalles en la relación, como preparar algo especial para la otra persona o hacer algo para su bienestar, puede hacer que la vasopresina se libere, fortaleciendo la lealtad y el compromiso.
6. Interacciones de "juego" o de "cortejo"
En las primeras etapas de una relación, cuando dos personas comienzan a conocerse, incluso las interacciones ligeras y juguetonas pueden inducir la liberación de vasopresina:
- Gestos de cortejo o flirteo que impliquen una conexión emocional y personal, como bromas íntimas, pequeños gestos de amabilidad o risas compartidas. Estas interacciones construyen una base emocional que puede llevar a una mayor vinculación a medida que la relación avanza.
Las etapas químicas del amor: atracción física, enamoramiento y apego
Un estudio de especialistas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México, llamado "Química del amor" explora cómo ciertas sustancias químicas, como la vasopresina, son fundamentales no solo para las funciones biológicas del cuerpo, sino también para los aspectos emocionales y sociales de las relaciones humanas, lo que se alinea con lo que hemos visto sobre el papel de esta hormona en el amor y la fidelidad.
Las 3 etapas del amor
La primera etapa del amor es el deseo que surge como una atracción física, el cual depende de características tales como simetría de la cara y dimensiones corporales proporcionadas, los dos compuestos químicos que surgen es esta etapa son las hormonas sexuales (testosterona y estrógeno) y feromonas.
La segunda etapa del amor es el enamoramiento o atracción la cual puede tener muchos síntomas como la pérdida del apetito, dificultad para conciliar el sueño, sudor en las manos, "mariposas en el estómago" entre otros. Todos estos síntomas se deben a los compuestos químicos llamados monoaminas que aparecen en el cerebro los cuales son la dopamina, la serotonina, la feniletilamina y la norepinefrina.
La última etapa es el apego, en esta última fase del amor sentimos calma y estabilidad con la otra persona y está dirigida por la oxitocina, vasopresina y la endorfina, al tener niveles altos de oxitocina y vasopresina hace que con el tiempo la sensación de apego crece mientras que la locura apasionada del amor decae.
Es importante recordar que, aunque la biología juega un papel fundamental en nuestra forma de relacionarnos, las experiencias y el contexto social también son factores decisivos en cómo construimos y mantenemos nuestros lazos afectivos.