Maduro anuncia operación militar antinarcóticos en la frontera con Colombia
El mandatario afirmó que estas acciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana buscan mantener libre el territorio venezolano de elementos vinculados al narcotráfico.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el despliegue de una operación militar antinarcóticos en las regiones fronterizas con Colombia, específicamente en los estados de Táchira y Zulia, en respuesta a la creciente violencia en el Catatumbo, una zona colombiana marcada por enfrentamientos entre grupos ilegales.
Este operativo, denominado "Relámpago del Catatumbo", se lleva a cabo en un contexto de creciente preocupación debido a los impactos de la violencia en ambos países, incluyendo desplazamientos masivos y víctimas mortales.
"Relámpago del Catatumbo": la operación venezolana en la frontera con Colombia
En un mensaje difundido a través de sus redes sociales, Maduro destacó que los ejercicios militares se realizan tres veces al año en la región fronteriza y forman parte de un esfuerzo constante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para erradicar el narcotráfico en Venezuela. Según el mandatario, el objetivo principal de la operación es liberar y mantener libre el territorio venezolano de elementos relacionados con el narcotráfico, como pistas clandestinas, sembradíos de coca y laboratorios de cocaína.
"Hemos logrado liberar y mantener libre todo el territorio de Venezuela de pistas clandestinas, de sembradíos de hoja de coca, de laboratorios para fabricar cocaína y de todos esos elementos perturbadores en una acción permanente de nuestra Fuerza Armada", dijo Maduro en su publicación.
Aunque no proporcionó detalles sobre el número de efectivos desplegados, la operación comenzó en la madrugada del viernes y apunta a asegurar el norte de Táchira y Zulia, zonas que colindan con el departamento colombiano de Norte de Santander, epicentro de los enfrentamientos entre grupos armados ilegales en Colombia.
Violencia en Catatumbo
La región del Catatumbo en Colombia ha sido escenario de intensos combates entre grupos guerrilleros como el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y otros actores armados ilegales, lo que ha generado una grave crisis humanitaria.
Desde el 16 de enero, los enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC en el Catatumbo dejan entre 60 y 80 muertos según los conteos de la Defensoría del Pueblo y la Gobernación de Norte de Santander.
En medio de esta crisis, el presidente colombiano Gustavo Petro destacó la importancia de la cooperación binacional para frenar el narcotráfico y la violencia en la frontera. Petro aseguró que Colombia y Venezuela están trabajando en un plan conjunto para erradicar las bandas armadas en la zona. A través de un mensaje en la red social X, antes conocida como Twitter, Petro señaló que la operación busca una colaboración entre los ejércitos de ambos países para enfrentar la presencia del ELN y garantizar la paz y la soberanía en la frontera común.
"Buscamos la colaboración entre ejércitos en la lucha contra el ELN. Una frontera sin mafias debe ser el objetivo final para tranquilidad de la población, la paz y la soberanía", expresó el presidente colombiano.
Decreto en Colombia para coordinar operaciones en Catatumbo
En paralelo, el gobierno colombiano ha tomado medidas adicionales para fortalecer el control en la zona del Catatumbo. Este viernes, Colombia emitió un decreto que designa a un comandante militar para coordinar las operaciones en esta región conflictiva. Este comandante tendrá la responsabilidad de articular las acciones de inteligencia y contrainteligencia, además de tener la autoridad para suspender los permisos de porte de armas en la zona, con el fin de reducir la violencia y la presencia de actores armados ilegales en la región.
Este esfuerzo conjunto entre Venezuela y Colombia representa un avance en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en una de las fronteras más conflictivas de América Latina. El desafío radica en mantener el compromiso a largo plazo y en garantizar que las iniciativas sean efectivas tanto en el ámbito de la seguridad como en el bienestar de las comunidades afectadas por el conflicto.