El avance imparable de la IA y los desafíos que plantea para la sociedad
La inteligencia artificial revolucionó la forma en que vivimos y trabajamos, pero su desarrollo también plantea interrogantes críticos.
La inteligencia artificial (IA) avanzó a pasos agigantados en los últimos años, transformando industrias, servicios y la vida cotidiana de las personas. Hoy en día, su presencia es indiscutible, desde los algoritmos que mejoran la experiencia de usuario en plataformas de streaming hasta los sistemas de automatización en fábricas y centros logísticos.
Sin embargo, con esta expansión, surgen también importantes interrogantes sobre su regulación, sus implicancias en la privacidad, la seguridad y su impacto en la fuerza laboral. La necesidad de una regulación efectiva, consensuada y adaptada a este entorno cambiante se convirtió en una prioridad en muchos ámbitos.
La regulación de la IA
Uno de los debates más intensos sobre la inteligencia artificial se centra en cómo regular su uso, en especial cuando se trata de proteger derechos fundamentales, como la privacidad, y de garantizar su uso ético. Aunque la IA demostró ser una herramienta invaluable para mejorar la eficiencia de muchos sectores, la falta de regulaciones claras genera incertidumbre.
Si bien algunos países ya tomaron la iniciativa en este sentido, aún no existe un consenso global sobre cómo abordar la regulación de la IA. Esta falta de normativa puede dar lugar a prácticas irregulares, como el uso indebido de datos personales, el desarrollo de sistemas que favorecen ciertos sesgos o incluso la creación de tecnologías con fines malintencionados.
En diversas reuniones y mesas de trabajo sobre el futuro de la IA, se desató la importancia de alcanzar consensos entre los actores involucrados, incluyendo gobiernos, empresas tecnológicas y sociedad civil. Alejandro Bianchi, responsable del Espacio de Innovación de CESSI (Cámara de la Industria Argentina del Software), subrayó que "cualquier regulación que se quiera implementar funcionará solo si los actores que interactúan llegan a un acuerdo". Esto no solo implica la creación de leyes, sino también la concientización sobre cómo la IA puede afectar a las personas en distintos ámbitos, desde la salud hasta el empleo.
Además, indicó que la protección de la privacidad se convirtió en un tema central. "Los avances en la IA solo amplifican esta preocupación, ya que estas tecnologías tienen la capacidad de procesar grandes cantidades de información personal a gran velocidad. Las empresas que recojan y usen estos datos deben garantizar que lo hagan de manera transparente", mencionó.
El potencial de Argentina como polo de inteligencia artificial
La inteligencia artificial tiene el potencial de transformar distintas industrias, pero no debe limitar su análisis a la automatización de tareas repetitivas. En este contexto, se planteó la posibilidad de que Argentina se posicione como un polo de IA. "Aunque no podemos competir en la creación de modelos de gran escala como los desarrollados por empresas líderes a nivel global, el país tiene recursos y talento para avanzar en desarrollos específicos que añadan valor", indicó Ernesto Suárez, especialista de Datos e Inteligencia Artificial de IBM Argentina, Uruguay y Paraguay.
Bianchi respaldó la postura de su colega y agregó que "desde la Cámara, consideramos que Argentina tiene una oportunidad importante para generar un ecosistema de desarrollo y procesamiento en inteligencia artificial. No se trata solo de aprovechar ventajas como la energía más accesible, que es relevante pero insuficiente. Nuestro objetivo es crear valor a través de iniciativas concretas: fomentar espacios de producción, impulsar empresas locales y fortalecer la formación en universidades."
"Los profesionales formados en el país, especialmente en ingeniería, son reconocidos internacionalmente por su capacidad de resolver problemas complejos y abordar múltiples desafíos al mismo tiempo. Sin embargo, muchos de ellos buscan oportunidades en el extranjero porque sienten que acá no se ofrecen las condiciones necesarias para desarrollar su máximo potencial", remarcó Gastón Addati, experto en Big Data e Inteligencia Artificial, director ejecutivo de AddaTech y director de la carrera de Ingeniería en Informática en la UCEMA.
Los expertos coincidieron en que, aunque las capacidades y el talento local son indiscutibles, Argentina aún no ocupa un lugar de relevancia en el escenario global de la inteligencia artificial. Sin embargo, destacaron que esto no significa que deba descartarse la posibilidad de crear un nicho competitivo que aproveche las fortalezas del país, especialmente en el desarrollo de servicios de calidad. A pesar de las dificultades económicas, el crecimiento sostenido en las exportaciones de servicios tecnológicos refleja que el talento argentino puede sobresalir en áreas donde el conocimiento y la creatividad aportan un valor diferencia.
Seguridad vs. privacidad
El reconocimiento facial es una de las tecnologías de inteligencia artificial más polémicas. Mientras que en algunos países se utiliza para mejorar la seguridad en lugares públicos y controlar el acceso a edificios o zonas restringidas, en otros se pueden dar usos que impliquen riesgos para la privacidad de las personas.
Este sistema utiliza algoritmos de IA para identificar a individuos a partir de sus rasgos faciales. En varias ciudades, generó un debate sobre su posible abuso. Mientras que algunos argumentan que esta tecnología puede ser útil para identificar personas involucradas en delitos, otros temen que pueda ser utilizada de forma excesiva, vigilando a los ciudadanos sin su conocimiento o consentimiento.
"Hoy en día, los avances tecnológicos permiten que, por ejemplo, una persona que ingrese a un comercio sea reconocida por el sistema sin su conocimiento. Esto genera preguntas sobre la libertad y el control sobre nuestra propia información personal", señaló Addati. Aunque los beneficios de la seguridad son innegables, las preocupaciones sobre la invasión de la privacidad siguen siendo un tema de debate.
"Algunos países de Europa comenzaron a restringir el uso del reconocimiento facial debido a su impacto potencial en la privacidad de las personas. En muchos casos, estas decisiones se basan en la premisa de que las tecnologías de reconocimiento facial deben ser utilizadas solo en circunstancias excepcionales y bajo estrictos controles para evitar abusos.", indicó.
Protección de datos
La privacidad de los datos personales es un tema en el debate sobre la inteligencia artificial. Hoy en día, nuestra vida digital deja un rastro de información en cada acción que realizamos en internet: desde lo que compramos hasta los lugares que visitamos. Esta enorme cantidad de datos tiene un valor comercial significativo, y muchas empresas se aprovechan de ella para mejorar sus productos, segmentar mejor sus mercados o personalizar la experiencia del usuario. Sin embargo, surge la pregunta de hasta qué punto está recolección de información es ética y segura para los usuarios.
"Lo que está ocurriendo es que nuestros datos están en todas partes. Para hacer cualquier trámite, te piden el DNI, y de repente, esos datos aparecen en redes sociales o en otros lugares sin que lo sepamos", indicó Sergio Pernice, director de Ingeniería en Inteligencia Artificial UCEMA que lanzarán en el 2026. Esta afirmación pone de relieve un problema creciente en la sociedad actual: la falta de control que tenemos sobre nuestros propios datos y la facilidad con la que la información personal puede ser divulgada sin el consentimiento de la persona afectada.
Las leyes de protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea, marcaron un paso importante hacia la protección de la privacidad de los individuos. Sin embargo, los expertos coinciden en que estas medidas no son suficientes. Es necesario que los marcos regulatorios evolucionen rápidamente para adaptarse a los avances en la tecnología de IA. Las empresas deben ser transparentes en cuanto al uso que les dan a los datos, y los usuarios deben tener el derecho de acceder a sus propios datos y decidir cómo serán utilizados.
El impacto de la inteligencia artificial en las empresas
Desde la mejora de procesos internos hasta la automatización de tareas repetitivas, la IA demostró ser una herramienta valiosa para optimizar el funcionamiento de las empresas.
"La integración de la IA en las empresas no solo implica la adopción de nuevas tecnologías, sino también una profunda reestructuración de los procesos y la capacitación de los empleados", comentó Suárez.
A medida que las empresas implementan tecnologías de IA, surgen nuevos desafíos, como la necesidad de garantizar la seguridad cibernética de los sistemas que manejan datos sensibles, y la posible pérdida de empleos debido a la automatización.
El temor de que la IA reemplace a los trabajadores humanos es una preocupación legítima, especialmente en industrias como la manufactura y el transporte, donde los robots ya están desempeñando roles importantes. Sin embargo, los defensores de la inteligencia artificial argumentan que, si bien algunas tareas serán automatizadas, la IA también puede generar nuevas oportunidades laborales en campos como la programación, el análisis de datos y la gestión de sistemas automatizados.
La próxima frontera
Hoy en día, muchas de las aplicaciones están centradas en la gestión de datos, la automatización de procesos de trabajo y el análisis predictivo. Sin embargo, en el futuro cercano, se espera que tenga un impacto directo en el mundo físico, mejorando la producción de bienes y la gestión de proyectos.
"Los gemelos digitales, que son réplicas virtuales de objetos o sistemas físicos, ya están comenzando a utilizarse para simular proyectos de construcción y optimizar los procesos de diseño" advirtió Pernice.
Por su parte, Suárez comentó que "el impacto de la IA en el mundo físico será aún mayor cuando las empresas adopten tecnologías de automatización que permitan optimizar los procesos internos y los productos finales". Esta integración también llevará a una mejora significativa en la logística, el transporte y la gestión de inventarios.
La inteligencia artificial está remodelando nuestra realidad, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Mientras que sus beneficios son claros, también es evidente que se requieren regulaciones eficaces que protejan los derechos fundamentales de las personas.