Elecciones en EE.UU: qué cambios están en juego si gana Kamala Harris
Empezó la cuenta regresiva y los candidatos movilizan sus últimas opciones de voto en los últimos Estados. Qué va a pasar en Estados Unidos si gana Kamala Harris.
Cuando terminó de tenderle la trampa a Donald Trump en el debate la noche del 10 de septiembre, Kamala Harris giró para comunicar a los norteamericanos por qué ella, y no él, sería mejor ocupando el cargo de presidente de Estados Unidos. Les dijo a los televidentes que la gente se "retira antes por cansancio y aburrimientos" de los actos de Trump. Los que se quedan "no escucharán que hable de ellos. No lo oirán hablando de sus necesidades, sus sueños y sus deseos", aseguró. "Ustedes se merecen un presidente que los ponga en primer lugar a ustedes, y yo prometo hacerlo".
Al finalizar el debate la conversación giró en torno a cómo había provocado a Trump para que la atacara por la magnitud de sus actos públicos en vez de centrarse en el tema por el que les habían preguntado, la inmigración. Cómo lo llevó a invocar el invento racista de que los inmigrantes en Ohio se comen a las mascotas. Y cómo todo eso presagió una noche en la que consiguió fastidiarlo.
Harris pasó buena parte del debate alegando que esta elección versa fundamentalmente sobre el carácter y el temperamento, y que ella representa la oportunidad de dar vuelta la página de Trump, quien ahora va por su tercera campaña presidencial consecutiva. Es un sentimiento con gran atractivo para los demócratas fieles, quienes no se preocupan demasiado por la duda de cómo actuará Harris una vez en el cargo. Para muchos de ellos, simplemente es la mujer que se antepone a otro mandato de Trump, y la que al hacerlo podría romper el techo de cristal por excelencia de Estados Unidos.
Pero entre los votantes cambiantes que no tienen el reflejo de odiar al ex presidente o que sencillamente recién ahora prestan atención a la contienda, la plataforma de Harris, especialmente sus propuestas económicas -sobre inflación, impuestos, aranceles, China-, podría tener más resonancia. Un sondeo del 8 de septiembre del New York Times/Siena College indicó que casi el 30% de los votantes probables quería saber más de ella, y que el 66% de ese conjunto aspiraba a conocer más sobre sus políticas, ocho veces por encima del segmento que se interesa más por su carácter.
Harris dice estar en desventaja pero hace campaña como si fuera la favorita. Sólo ha concedido un puñado de entrevistas desde que es candidata, apostando a que podría no favorecerla la discusión política detallada. (Su campaña no aceptó pedidos de entrevista para esta nota). Pero hace decenios que lleva una vida pública, y su pasado ofrece algunos indicios de cómo podría desempeñarse su equipo. Para tener más información Bloomberg Businessweek habló con personas que a lo largo de los años trabajaron con ella o contra ella, y sondeó varias entrevistas -que se remontan hasta el 2005- efectuadas a ella, a su madre y otros familiares por Karen Breslau, de Bloomberg News.
Foto: Bloomberg.
En temas económicos Harris giró hacia el centro, revirtió algunas de sus posiciones y se manifestó a favor del crecimiento. Asegura que su previsibilidad y deliberación es superior a la obsesión de Trump con los aranceles y su descarado transaccionalismo, que podría reformular las normas de los negocios en Estados Unidos. Ha deslizado la idea de ampliar las desgravaciones impositivas para empresas pequeñas nuevas y una actitud más blanda frente a las criptomonedas.
Su formación en la zona de la Bahía de San Francisco la familiarizó con los gigantes que promueven el crecimiento de Silicon Valley, pero también le ejercitó sus músculos regulatorios por haber sido secretaria de Justicia de California y haberse enfrentado a las prácticas crediticias depredadoras de bancos y universidades con fines de lucro. Ha prometido aumentar los impuestos de grandes empresas y grandes fortunas, y elevar el gravamen a las ganancias de capital, aunque a una tasa menor a la que apuntaba Biden. Sus antecedentes sugieren que buscará fortalecer la regulación de las empresas y atizar una plataforma antimonopólica que irritó incluso a algunos destacados donantes de los demócratas.
Por lo tanto, ¿cuál versión de Harris tendrán los norteamericanos? ¿La progresista o la moderada? ¿La idealista o la pragmática? ¿La innovadora o la gradualista? Consejeros actuales y pasados opinan que, si bien Harris quiere pedir cuentas a los malos jugadores, en ella están todas las versiones: se guía por valores pero es pragmática y abierta a negociar.
Y aunque triunfe en los siete estados en disputa que precisa para ganar la presidencia, su programa legislativo casi seguramente dependerá de que también logre mantener un escaño senatorial clave en Montana.
Harris afirma que está formando un movimiento. Si la idea es transformarlo en revolución, todavía le quedan muchos votantes por convencer.
Frente a los ataques de Trump con respecto a la inmigración, la inflación y su pasado progresista, Harris se ha concentrado mayormente en los actos de campaña; rompió marcas en recaudación de fondos, descartó entrevistas y formuló pocos compromisos políticos. Esta ambigüedad estratégica es el camino para armar la coalición disímil de votantes que necesita para contener a Trump y a su base fervorosa. Su objetivo es ganar votantes de los suburbios y entre los independientes, además de confiar en la participación de los negros y limitar la derrota en zonas blancas y rurales.
Foto: Bloomberg
En la ruta de campaña era frecuente que Harris visitara pequeños negocios: una parrilla en Georgia, un restaurante mexicano en Arizona, un local de sandwiches en Pennsylvania. Fue un cambio respecto de Biden, quien favorecía la industria como síntesis de lo que es sano para la economía norteamericana. La "economía de la oportunidad" que Harris dice que quiere crear -tres veces utilizó la frase en el debate del 10 de septiembre- incluiría el aumento del crédito impositivo por hijo, la ampliación de créditos para nuevas empresas pequeñas y u$s 25.000 de ayuda a los que compran su primera casa.
En la campaña de Harris dicen que ella está a favor de casi todos los impuestos nuevos que figuran en el más reciente presupuesto de Biden, con lo que ya prepara la posición de partida en las negociaciones del año próximo respecto del código impositivo. Las rebajas de impuestos y los créditos para familias de ingresos medios o bajos quedarían solventadas por la proyección de nuevos ingresos de u$s 5 billones a lo largo de un decenio. Ese dinero llegaría en parte del aumento a la tasa de impuestos a las empresas del 21% al 28%, la suba de impuestos a los multimillonarios y una mayor recaudación con los gravámenes del Medicare entre dueños de empresas y aportantes de grandes ingresos. Aunque algunas de esas medidas apuntan a los ricos, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dice que no preocuparán a Wall Steet porque Harris cumplirá "con lo que ellos siempre obtienen con los gobiernos demócratas: una economía sólida y mercados de valores fuertes".
Brian Nelson, uno de los principales asesores políticos de Harris, afirma que su guía es la ampliación de la clase media. "Lo que implica reglas estables, administración económica sensata", precisa. Harris ha prometido perseguir a los propietarios corporativos que se asocian para subir los alquileres y a las compañías farmacéuticas que imponen precios depredadores. "De verdad piensa en hacerles rendir cuentas", agrega Habig, la antigua subordinada de Harris en California. "Se trata de crear un mercado y una economía que funcione para la gente, en la que la gente sepa lo que obtiene y donde las empresas puedan innovar y saber que no las van a socavar otras empresas que hacen trampa".
Esto también abarca el tratamiento que hace Harris de las cripto, un sector que se eriza ante el escepticismo del titular de la Comisión de Valores, Gary Gensler. Harris apoyará "políticas que garanticen que las tecnologías emergentes y ese tipo de sectores puedan seguir creciendo"; lo cual incluye "reglas estables", apunta Nelson. Esa posición más blanda es un triunfo de defensores de las cripto como el representante Ro Khanna, un progresista de la zona de la Bahía de San Francisco y partidario de Harris. "Creo que es un paso en la posición correcta -dijo-. Espero que sigan así".
Harris ha guardado silencio acerca de a quién escogerá para ayudarla a navegar por la economía. Evitó mencionar héroes del partido como el dúo antimonopólico que integran Lina Khan, titular de la Comisión Federal de Comercio (CFC) cuyo desplazamiento fue pedido por varios donantes destacados del partido Demócrata, y el secretario adjunto de Justicia, Jonathan Kanter. Siendo ex becaria de la CFC y una agente contra los monopolios, el silencio de Harris en apoyo a la tarea de Khan indica hasta dónde mantuvo su reserva. Sus ayudantes afirman que la reticencia se debe en parte a que no quiere dar la impresión de que ya está midiendo el largo de las cortinas de la Casa Blanca, pero de todos modos es algo que deja pensando a críticos y donantes.
En el empuje por cortejar a votantes de clase media en estados oscilantes, su campaña se distanció tajantemente de la de Biden en un punto: ella y Walz se bañaron en símbolos norteamericanos, y sus actos rebosan de rojo, blanco y azul. "Ellos no tienen el monopolio de la bandera. Nosotros recuperamos la bandera", proclamó Walz en un acto de recaudación de fondos a fines de agosto en Maryland. (Después agregó: "Yo también recuperé el fútbol americano. Estoy harto de que piensen que es cosa de ellos").
Las apelaciones al patriotismo tuvieron un lugar destacado en su discurso ante la convención demócrata; llegó a afirmar que como comandante en jefe se aseguraría de que "Estados Unidos siempre tenga la fuerza de combate más fuerte y letal del mundo", y que sea "Estados Unidos, no China, el que gane la competencia por el siglo XXI, fortaleciéndonos sin abdicar de nuestro liderazgo planetario". En el cierre del debate del 10 de septiembre volvió a emplear la frase de la "fuerza letal de combate".
Las posiciones en política exterior de Harris están en formación; es cierto que viajó 17 veces al exterior en misiones diplomáticas como vicepresidente, y en ocasiones pidió que su caravana pasara por el máximo tribunal de cada país en homenaje a su pasado como fiscal. Ha mantenido la posición de Biden de apoyar con ayuda y armas a Ucrania, y mantuvo una reunión informativa con el presidente Volodimir Zelensky cinco días antes de la invasión rusa. El senador Chris Coons, un aliado de Biden, la recuerda hablando firmemente sobre el conflicto en la Conferencia de Seguridad de Munich. "La vicepresidente fue clara y tajante respecto de la urgencia de defender la democracia en Ucrania", agregó.
Harris también mantiene casi la misma posición que Biden sobre la guerra de Israel; ha llamado a un acuerdo de cese del fuego y atribuye la mayor parte de la culpa a Hamas, aunque ha buscado subrayar el padecimiento de los palestinos y de Gaza en respuesta al activismo de demócratas críticos de Israel. En otros temas sus posiciones son menos definidas, como China; algunas promesas en los sitios web de la campaña, como la de no tolerar "prácticas comerciales desleales de parte de China o de cualquier otro competidor que socaven a los trabajadores estadounidenses", han sido interpretadas como posiciones formales.
En las redes sociales la campaña de Harris buscó mostrar su personalidad seleccionando momentos de espontaneidad. Las publicaciones suelen destacar una de sus pasiones: la comida. En videos de un viaje reciente a Georgia se la ve observando una tarta en una confitería boutique y tienda de regalos; en otro comparte con entusiasmo una receta con salsa tabasco. Booker, quien alguna vez recibió lecciones de cocina de Harris, dice que "es una de las mejores maestras de cocina, la persona que trató de rescatarme de mi soltería".
En noviembre último Harris organizó una cena en su residencia para algunos hombres de color influyentes en los medios. Según personas al tanto del encuentro, entre los invitados estaban el comediante D. L. Hughley, el comentarista Roland Martin y el rappero Fat Joe. Hughley es uno de los que tenían reserva sobre el pasado de Harris por haber integrado un sistema que desproporcionadamente inculpa a hombres negros. En algún punto, recordó en mayo, la conversación "se puso tensa". Luego de que él la acusara falsamente de haber detenido a cientos de negros por tenencia de marihuana, "ella me puso la mano en el hombro y me invitó a investigar algunas cosas".
Al final Hughley se disculpó con Harris por "haber dejado que el relato de los medios" copara sus opiniones. Hughley, Fat Joe y otros famosos salieron de campaña con ella y participaron de conversaciones para fomentar las políticas del gobierno. Hughley también habló a favor de Harris en la convención demócrata, mientras que Martin, que tiene un programa diario dirigido a la comunidad negra, condujo junto con otros al menos cuatro transmisiones en vivo de recaudación de fondos para ella. Casi todos los estados en disputa tienen poblaciones negras considerables -Georgia, Michigan y Pennsylvania, entre otros-, por eso resultan cruciales los esfuerzos por asegurarse su respaldo.
Tras la salida de Biden, Harris ha reabierto la competencia en los siete estados indecisos. Podría triunfar si consigue imponerse en tres de ellos, y los demócratas confían en que una gran asistencia a las urnas también les permita recuperar el dominio de la Cámara Baja. El Senado luce más complicado. Podría definirse en Montana, donde el demócrata Jon Tesler procura retener la banca que ganó en 2006. Si pierde, los demócratas casi con seguridad se quedarán en 49 escaños, por lo que cederían la mayoría y verían trabados muchos, si no todos, los planes de Harris.
En el tiempo que le queda para difundir su mensaje, Harris seguirá volviendo al tema del carácter: la chica de clase media contra el hijo del millonario, la fiscal frente al delincuente, y conectando sus experiencias con la de los votantes. En agosto Harris habló en una escuela de Georgia ante una banda de música con porristas y deportistas. "Todo lo que hacen ustedes requiere de mucho ensayo, muchas prácticas, muchas horas, ¿no? A veces dan la nota, y a veces no -expresó-. A veces dan con el paso justo, y a veces no. A veces ganan el partido, y a veces no. Pero nunca dejan que las circunstancias los venzan o los frenen. Ustedes siguen adelante".
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